PUNTERO FANTASMA

Magallanes se comió un pulpo

Colo Colo, tras un nacimiento esplendoroso, a comienzos de los años 30 también estaba ahogado por los malos manejos financieros.

Archivo

Pocos saben que, justo antes de entrar al profesionalismo, Magallanes tuvo su particular “lifting”. En esa época era usual que los clubes en crisis se fusionaran con otros más jóvenes. La operación les permitía a los viejos sumar fuerzas cuando sus hinchas, fondos, infraestructura o plantel escaseaban. A los nuevos, les abría la puerta a torneos con más pelo.

Sucedió en 1936 con el Morning Star y el Santiago F.C., que parieron al Santiago Morning. Y también al Santiago National, que durante 1940 se llamó Santiago National-Juventus.

Una dura crisis era exactamente la que atravesaba Magallanes en 1932. Aún desangrado por la escisión de Colo Colo, había vendido su estadio en Av. Independencia y llevaba un lustro dando bote en la cancha. Audax, el mejor equipo de la época, llegó ese año a vencerlos por 12 a 1. La solución a los problemas albicelestes vino de rebote desde donde menos se esperaba: de sus hijos rebeldes.

1932_Deportivo Ñuñoa

Colo Colo, tras un nacimiento esplendoroso, a comienzos de los años 30 también estaba ahogado por los malos manejos financieros. El descalabro era tal que el club se partió por la mitad.

Esto escribió la vieja revista Wiken en abril del 32: “El Magallanes resistió la evacuación y ha subsistido en forma honorable. Este año le ha tocado el turno al Club Colo-Colo. Los dirigentes y jugadores que se sintieron en desacuerdo con el nuevo directorio y su política, se han retirado y se han incorporado a una nueva institución denominada Deportivo Ñuñoa… También esta vez han sido jugadores jóvenes los que han dado el paso definitivo”.

En cosa de meses, Ñuñoa (equipo de barrio antes llamado Boca Juniors) se convirtió en uno de los clubes más poderosos de Santiago. Apodado “El Pulpo” -pues sus tentáculos atraían a figuras jóvenes de otras escuadras- dominaba en la Liga Arrieta y derrotaba en amistosos a quien se le pusiera por delante: Unión Deportiva Española, Cemento Melón de La Calera, Rangers y el propio Magallanes.

Así llegamos a 1933. La Asociación Santiago (precursora de la Asociación Central de Fútbol) temía que el monstruo ñuñoíno engullera al resto de los equipos capitalinos. El Pulpo ya había establecido su localía en los Campos de Sports y solicitó su inscripción en el nuevo campeonato de Primera División. Les dijeron que no porque les faltaban pergaminos y los forzaron a fusionarse con una entidad «de mayor tradición».

Primero se sondeó a los recoletanos del Liverpool Wanderers, pero el elegido fue el vapuleado Magallanes: más de la mitad de su primer plantel profesional -y varios dirigentes- venían del Deportivo Ñuñoa (y de Colo Colo, claro). Entre los jugadores se encontraban dos de los primeros grandes cracks de nuestro fútbol rentado: Arturo “Carecacho” Torres y Jorge “Cotrotro” Córdova, quizás los primeros zagueros chilenos que aprendieron a no reventar la pelota para tratar de salir jugando.

Durante algún tiempo, como parte del acuerdo de fusión, los legendarios «Aguerridos» de Magallanes lucieron en su camiseta un pulpo. Tal cual. Y así, aprovechando que Colo Colo y Audax Italiano -sus dos grandes rivales- habían privilegiado giras internacionales, lograron el título inaugural del 33. En la final derrotaron precisamente a los albos por 2 goles a 1, en un verdadero clásico familiar jugado ante unas 4 mil personas en los Campos de Sports de Ñuñoa.

1933_Magallanes título


Contenido patrocinado

Compartir