PUNTERO FANTASMA

Ferro a estadio lleno

Ferroviarios Ñublense 1972
Archivo

Su larga agonía ha disipado el enorme aporte que el tren le brindó al desarrollo del fútbol chileno. Durante la primera mitad del siglo XX, en un país sin carreteras decentes, el ferrocarril era medio de transporte esencial: popularizado el fútbol en la zona central, sus trabajadores se encargaron de llevar la novedad a cada uno de sus ramales.

En 1916 había nacido el Unión Ferroviaria de Santiago, poderoso cuadro que llegó a jugar en Primera en el extraño campeonato de 1934, que reunió a equipos profesionales y amateurs. En paralelo, en cualquier ciudad que contara con estación de tren surgía un equipo ligado a los sindicatos ferroviarios (Coquimbo, Ovalle, Trasandino y Fernández Vial son sólo algunos ejemplos).

En 1949, como tricampeón de la División de Honor Amateur (DIVHA), los azules de Unión Ferroviaria obtuvieron por fin el derecho a participar formalmente en la elite. Pero como ya viéramos, su “ascenso” consistió en fusionarse con el Bádminton, colista de Primera: nació así el Ferrobádminton, improbable alianza que tomó los colores negriamarillos del “Rodillo” y duraría 20 años.

Disuelto el matrimonio, en 1969 Bádminton partió a Curicó; Ferroviarios se quedó en el estadio San Eugenio, abierto al fútbol profesional en 1954 y que llegó a acoger a 27 mil espectadores en sus gélidas graderías orientadas de oriente a poniente (a contramano de casi todos los estadios de Chile).

En la foto que abre la nota se ve la espectacular entrada del Ferroviarios ‘72 de Leonel Sánchez y el “Fifo” Eyzaguirre. De ganar, los rojiamarillos -extraña combinación que usó Ferro esos años- habrían alcanzado la cima de la tabla.

Ferroviarios-Ñublense 1972 (2)

Su empate contra Ñublense se jugó de preliminar de otro encuentro de Segunda, en el que el líder Palestino derrotó a San Luis y consolidó la punta restando dos fechas para el final del torneo. ¿A cuántos espectadores congregarían hoy Palestino y Ferroviarios en dos cotejos del Ascenso? Cálculo estimado: unos 250.

A la postre Ferro terminó segundo, no subió y nunca más estaría cerca de hacerlo. Luego inició un cruel peregrinaje que lo llevaría a Arica, Talagante, los potreros del fútbol amateur e incluso un lastimoso reality.

Fotos: Adolfo Saavedra, revista Estadio.

Ferroviarios 1972 (3)


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