PUNTERO FANTASMA

Cuando Cauquenes casi subió a Primera

Ferroviarios-Independiente de Cauquenes 1972

Campeonato de Segunda División, 12 de septiembre de 1972
Ferroviarios 2 – Independiente de Cauquenes 2
Estadio Santa Laura

Como tantas otras localidades alejadas de la Panamericana (Angol o San Antonio, por ejemplo), Cauquenes ha sido tradicionalmente ignorada por el resto de Chile. Durante los años 70, sin embargo, un equipo de fútbol puso su nombre en el mapa e incluso estuvo a punto de jugar en Primera.

Fundado en 1929, el Club Deportivo Independiente de Cauquenes fue aceptado en el Ascenso en 1971. Apodados sin mayor originalidad como “Los Diablos Rojos”, los cauqueninos eran un equipo de la mitad de la tabla para abajo, pero en general se las arreglaban para no pasar zozobras a fin de año. En la foto de arriba, datada en 1972, se los ve jugando de amarillo contra el Ferro de Leonel, que esos años ocupaba el rojo en su uniforme titular.

La foto de abajo muestra al plantel de Independiente de 1976, que acabó undécimo en la general: Reyes, Sepúlveda, Rodríguez, Henríquez, Galaz y Cerna (parados); Arturo “Chico” Jáuregui (quien luego jugaría en Magallanes y Colo Colo), Juárez, Díaz, Águila y Salinas (agachados).

Independiente de Cauquenes 1976

La historia cauquenina se torció el ‘79. Tras una gran campaña comandada por los brasileños Ribamar Batista y su primo Benedicto Pereira, Independiente clasificó a la Liguilla de Promoción junto Wanderers, Audax y Arica. El minitorneo se disputó en el Carlos Dittborn y terminó con los sureños tempranamente eliminados. Ese cuadro era conducido técnicamente por Eugenio Jara.

Al año siguiente los rojos pasaron del cielo al infierno: fueron penúltimos y descendieron junto a Curicó a la recién estrenada Tercera División, desde nunca más regresarían. A nivel anecdótico, se puede mencionar que ese año Independiente tuvo el honor de disputar el primer partido oficial en el estadio El Cobre de El Salvador con un empate 1 a 1 frente a Cobresal.

Sólo en 1983 Independiente llegaría a instancias finales en el torneo de Tercera, pero fue postergado por el exótico Súper Lo Miranda, fallido proyecto ligado a la empresa Súper Pollo y campeón de ese año. En 1990, aduciendo problemas financieros, la directiva cauquenina determinó la disolución del club. Recién 22 años más tarde, cuando su nombre parecía solo un buen recuerdo, el equipo resucitó en Tercera B (donde se acaba de coronar campeón).

Fotos: Archivo revista Estadio.


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