Entre acordes tensos y un cuerpo agobiado nace «el peso de la ciudad», canción insignia del próximo álbum de molié. Una especie de evil-balada que se resigna ante la inercia demoledora de la urbe, pero que ofrece a la vez un respiro: admite que detenerse está bien, y que reconocerse frágil es un primer paso.»Quiero que quien escuche se permita aceptar que no siempre somos fuertes; a veces la ciudad pesa, y parar es necesario», confiesa molié.
Este sombrío relato musical fue producido por Javier Barría, galardonado productor nacional, quien aportó sintetizadores, guitarras eléctricas y bajo, además de estar a cargo del riguroso proceso de mezcla. A esto se suman las colaboraciones del trasandino Álvaro Manzanero en baterías, y de Alonso Nuñez en grabación de guitarras acústicas y voces desde la enigmática isla de Chiloé, tierra natal del artista. La masterización fue realizada por Francisco Holzmann.
Molié estrena su «evil balada»
El visualizer contó con la dirección de Martín Campos en colaboración con Ivanna Reyes en maquillaje y luces. El resultado, una pieza audiovisual con un despliegue sobrio y contemplativo: una antigua televisión que reproduce imágenes fragmentadas de la ciudad, postal melancólica que encuadra con elocuencia el mood del tema, quizás insinuando que el ruido también puede venir desde adentro.
Molié irrumpe en la escena el año 2022 con su single debut «estrella». Desde entonces ha lanzado una serie de sencillos que alternan la serenidad insular con la crudeza citadina. Estos conforman parte importante de su primer LP, cuyo lanzamiento será en agosto de este año. En paralelo, el sureño figura como productor y sesionista para diversos artistas nacionales.
«El peso de la ciudad» ya suena en todas las plataformas digitales. Un track para escuchar con audífonos entre la muchedumbre. Para quienes arrastran cansancio, para quienes sienten que todo se mueve demasiado rápido. Un susurro que pide a gritos…pausa.