Weezer dio inicio al segundo día de Coachella y el sábado en el escenario Mojave interpretó algunos de sus mayores éxitos. Durante 45 minutos, el concierto de la banda a primera hora de la tarde incluyó clásicos como «Say It Ain’t So», «Beverly Hills» e «Island in the Sun».
La banda arrancó su set con «My name is Jonas» y, más adelante, se tomaron el tiempo para interpretar una versión de «Enter Sandman» de Metallica, para deleite del público. Sus fans acudieron en masa, desbordando la carpa del escenario y rondando las vallas que rodeaban la zona de conciertos. Recordemos que también versionaron la canción para el álbum «Blacklist» de 2021, un LP completo de versiones de Metallica realizadas por varios artistas.
Muchos sostenían carteles con el símbolo «W», simulando una proyección detrás de los chicos. Al final, corearon el nombre de la banda mientras Weezer concluía con «Buddy Holly».
Coachella marca la extensa agenda de Weezer en festivales. También tienen previsto tocar en los festivales de Glastonbury, Soundside y When We Were Young a finales de otoño. Weezer también anunció una gira europea para 2025, con paradas en Berlín, Zúrich y Dublín durante el verano. «¿Crees que cruzaríamos el charco solo para un concierto? ¡Ni hablar! Europa y Reino Unido, nos vemos el próximo verano con un montón de cabezas de cartel y festivales. Ya estaremos de vuelta. Ahora, haciendo las maletas», escribió la banda en su página web en noviembre.
Actualización sobre la esposa de Scott Shriner
La actuación de Weezer en Coachella se produjo pocos días después de que se conociera la noticia de que la esposa del bajista Scott Shriner, Jillian Lauren, recibió un disparo de la policía y fue acusada de intento de asesinato mientras las autoridades perseguían a los sospechosos de un atropello con fuga en Los Ángeles. Según el Departamento de Policía de Los Ángeles, a Lauren le pidieron varias veces que soltara su arma. Cuando se negó y apuntó con su arma a los agentes, la policía disparó.
Lauren fue detenida, atendida por sus heridas y finalmente puesta en libertad tras pagar una fianza de un millón de dólares.
Dos días después, Shriner fue visto caminando cerca de la casa de la pareja, donde compartió una actualización sobre su esposa: «Está bien, gracias por preguntar. ¡Nos vemos en Coachella!».