ENTREVISTAS

José Maza: «Hay que fomentar la lectura a nivel escolar, llegarle a las neuronas antes de que lleguen las hormonas»

De su último libro infantil, “Luna para niños y niñas”, conversamos en #FuturoPQN con el destacado Doctor en Astronomía y autor nacional.

José Maza PQN
Universidad de Concepción

De su más reciente libro infantil, «Luna para niños y niñas», conversamos en Palabra Que Es Noticia con el Doctor en Astronomía y Premio Nacional de Ciencias Exactas, el profesor José Maza, quien, entre otras cosas, nos conversó sobre cómo desde su punto de vista hay una deuda con la educación infantil, pero especialmente para las niñas.

¿Por qué decide escribir este texto? Cuéntenos detalles

Yo he escrito varios textos y hemos hecho más de una versión para niños y niñas, y esos libros me han dado una gran satisfacción porque montones de niños los leen, los tienen, me saludan, quieren ser astrónomos y astrónomas.

Me gusta escribir, sobre todo para las niñas, porque la educación para las niñas en Chile es muy mala, para los niños es mala, pero para las niñas es muy mala.

Entonces, motivar a los niños de chiquititos me parece que es una labor que vale la pena hacer. Por eso salió en junio una versión para todo lector del libro “Luna”, pero inmediatamente empezamos a trabajar en esta versión para niños y niñas.

¿Por qué usted dice que es más mala para las niñas? Si niños y niñas están en la misma sala de clases

Yo no tengo idea, no soy experto, pero uno mira los números y se da cuenta. Fíjate que lo típico en la prueba de selección universitaria son 250 pruebas perfectas, que son puntajes nacionales. De los 250, 200 son niños y 50 son niñas, es decir, el 80% de los puntajes nacionales son varones y el 20% son niñas.

Pero ¿quiénes dan la prueba? 50% niñas y 50% niños, incluso si uno se pone más fino en el análisis, el 52% son niñas y el 48% son niños, y ese resultado, 200 contra 50 ha sido lo que ha pasado en los últimos 10, 20, 30 años, y nadie parece tomar medidas al respecto.

Yo recuerdo que en el primer gobierno de la Presidenta Bachelet, yo incluso mandé una carta a El Mercurio diciendo: esto es un escándalo, es decir, ¿cómo no se hace algo? Pero a nadie pareció darle bola a ese resultado, entonces yo no tengo otra manera de juzgar el resultado de la educación de las niñas, en las pruebas finales las niñas les va mucho peor que a los niños.

Y yo tengo el temor de que históricamente, yo ya soy parte de la historia, pero cuando yo era joven, muy niño, los papás le decían a las niñas: no, mijita, usted no estudie, usted manténgase bonita y cásese bien, ese era el proyecto que le ofrecían los padres a las niñas, y yo creo que parte de eso todavía existe.

Los profesores muchas veces son menos exigentes con las niñas, tienen menos expectativas, y las tratan de tontas a la primera. Mira, había un profesor, que creo que hasta recuerdo el nombre, pero por prudencia no lo voy a decir, en un colegio mixto, que el primer día de marzo les decía a los estudiantes: las mujeres son peor que las vacas, porque por lo menos las vacas dan leche, así que se van todas y les pongo un 4 al final.

No las dejan ni entrar a clase, y eso, creo que debería ser un escándalo.

Volviendo al libro, ¿que mito destacaría usted que no se sabe de la Luna y podemos encontrar en su libro?

Hay muchas cosas. El hombre parte analizando, mirando. Está la mitología griega, de todos los pueblos originarios. Entonces, mitos hay para dar y regalar. Ahí en el libro cuento algunas de estas historias.

Hay algunas que son muy bonitas, como la historia de Shang-e, que es una chica china muy bella que se enamora de un héroe chino y que entonces el héroe habla con los dioses para mantener su amor eternamente. Y los dioses le dan una poción que tienen que tomar la mitad ella y la mitad él. Y así van a vivir eternamente. Vida y juventud.

Pero resulta que ella se toma la botella entera. Y les dicen, si uno de ustedes se toma la botella entera, se va a transformar en un Dios. Y ella asciende y se transforma en una princesa de la luna. Por ese motivo, las naves chinas se llaman Shang-e. Así como con la “E” está como descolgada. Shang-e es esta princesa que se transformó en realidad en diosa de la luna. Y entonces ella sufre porque su amor se quedó en la Tierra. Pero le dan permiso una vez al mes para bajar y reencontrarse con su amor.

Pero hay varios mitos muy bonitos, historias. También hay otro muy paralelo que se llama la princesa Kaguya, que es un mito japonés. Pero lo interesante de Kaguya es que dicen que es un cuento tradicional que viene del año 1000. Kaguya a diferencia de Shang-e nació en la luna, es de la luna. Pero la pusieron en la Tierra, pequeñita, pequeñita, dentro de una caña de bambú. Y un tipo que estaba cortando bambú la encuentra y se la lleva a la casa y la cría.

Ella crece, y se transforma en una bella princesa. Pero cuando incluso el emperador se quiere casar con ella, ella le dice, mire, yo lo siento mucho, pero yo me tengo que ir porque yo no soy de aquí. Y el emperador manda a su ejército para que nadie se la lleve. Pero llegan los soldados de la luna a buscarla. Y entonces todos quedan paralizados. Nadie puede hacer nada. Y finalmente se la llevan. Y el emperador, muy triste, hace quemar cosas en el monte más alto de Japón, en Monte Fuji. Y es para que ella sepa que la están echando de menos todavía en la Tierra. Y por eso el Monte Fuji emitía humo, era el llanto en el fondo del emperador, pidiéndole a Kaguya que volviera.

Bueno, en el libro, hay varias otras pequeñas historietas. En Chile uno de los problemas graves es que la gente no lee. No lee. Mira, dicen en estadísticas que el chileno promedio lee dos libros al año. Pero el 60% de la gente en Chile dice no haber entrado nunca a una librería. Nunca. Y bueno, del 40% restante, un 20% dicen que no leen porque los libros son caros, porque no tienen tiempo. Raya para la suma, lee menos del 10% de la población. El 90% de la gente en Chile no lee. Y al no leer, no tiene comprensión de lectura, tiene un vocabulario muy escaso, tiene una manera bastante básica de expresarse, etc.

Hay que fomentar la lectura a nivel escolar. Lo que yo digo, que esto espero que nadie se lo tome a mal, pero hay que que llegarle a las neuronas a los 5, a los 6, a los 7, a los 8 años, para que los niños y las niñas sean curiosos, se interesen.


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