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«Increíble, pero no lo recomiendo»: la carrera de autos de Sammy Hagar y Eddie Van Halen que casi sale mal

Hagar recordó la divertida pero peligrosa anécdota que vivió con Van Halen y el productor Mick Jones en medio de las sesiones de "5150".

Sammy Hagar Eddie Van Halen
Getty Images

Sammy Hagar se le ocurrió alguna vez pisar -literalmente- el acelerador con Eddie Van Halen y Mick Jones, mientras trabajaban en el álbum 5150 del grupo. Pero lo que empezó como algo divertido, pudo terminar en más de alguna tragedia.

La aventura se dio en plena madrugada, mientras viajaban del estudio a sus casas de Malibú. Y lo divertido es que, mirando hacia atrás, Hagar admite que merecían incluso acabar presos. Sin embargo, confieza que fue tan memorable como la primera vez que tuvo sexo en un auto.

Tres hombres divirtiéndose

De acuerdo a lo narrado por el cantante, todos conducían llamativos coches deportivos. «En 5150, Eddie tenía un Lamborghini Countach, yo tenía mi Ferrari Boxer 512». Jones, a su vez, manejaba un Corvette alquilado.

El trío abandonó el estudio «a eso de las dos de la mañana, cuando terminamos de grabar Best of Both Worlds», intenta rememorar.

«Volvimos en auto, los tres, por Mulholland Drive, por todas las carreteras secundarias hasta la autopista 1, haciendo carreras porque no había tráfico, no había nadie, nada. Deberíamos haber estado en la cárcel», enfatiza Hagar.

Tal como recoge UCR, los modelos actuales de los tres coches tenían otras velocidades máximas: el Lamborghini LP500 S biturbo Countach de Van Halen alcanzaba los 208 mph (335 km), el Ferrari 512 Berlinetta Boxer de 1984 de Hagar podía alcanzar las 173 mph (278 km) y el Chevrolet Corvette C4 de 1983 alquilado por Jones era capaz de alcanzar las 179 mph (288 km).

«Fue increíble: corrimos todo el tiempo», cuenta el otrora vocalista de Van Halen. Sin embargo, sabe muy bien que bajo otras circunstancias, el tema se les pudo haber escapado de las manos.

«Te encuentras con alguien en una curva, tres a la vez en una carretera de dos carriles. Es jodidamente peligroso. Pero lo hicimos: sobrevivimos». Aunque no tardó en añadir: «No volvería a hacerlo y no lo recomiendo».


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