En medio de tensiones personales, y bajo el fuerte puño de Roger Waters, a fines de 1979 Pink Floyd lanzó «The Wall». En forma de un denso disco doble conceptual, el bajista y compositor principal del grupo lleva su visión de sus traumas personales al acetato, el cual llegó al número 1 el 26 de diciembre de ese año. Más adelante el grupo llevaría esta experiencia a una impresionante gira de conciertos con un gran énfasis visual, y finalmente una película que llegaría a los cines en 1982.
Hoy en día «The Wall» es visto como un clásico, un esencial del rock progresivo. Y para muchos es el mejor disco conceptual de la banda. ¿Pero qué es lo que realmente hay detrás del muro? La historia de la creación de The Wall» está rodedada de polémicas y fricciones.
El grupo se hallaba entre enormes tensiones. Según Nick Mason, Roger Waters se volvió insoportable. Las tensiones entre el bajista y el tecladista Rick Wright llegaron a tal punto que se le despidió de la banda. Aunque el público no lo notó, ya que en vivo se le contrató como músico externo. Lo más extraño de considerar hoy en día es que The Wall no siempre se le miró como un gran álbum.
Según constata el libro «Comfortably Numb – The Inside Story of Pink Floyd» no toda la prensa musical de la época recibió bien al disco. La revista New Musical Express llamó al disco «un monumento al pesimismo egocéntrico». Melody Maker escribió en su reseña: «No estoy seguro de si es brillante o terrible, pero lo encuentro absolutamente fascinante». Por su lado, el crítico Kurt Loder de Rolling Stone le dio una crítica positiva al disco, pero la perspectiva de Waters «tan incesantemente lúgubre y ácida que hace que los traficantes de pesimismo contemporáneos, como Randy Newman o, digamos, Nico, parezcan Peter Pan y Tinker Bell».
Asímismo el crítico de The Village voice, Robert Christgau fue bastante más negativo y sarcástico con The Wall. «Para ser una epopeya tonta de las tribulaciones de una estrella de rock, esto no está mal; de todos modos, es poco probable que despierte mucha lástima o envidia. La música también está bien: maximalismo minimalista kitsch con efectos de sonido y fragmentos de discurso. Pero la historia es confusa, ‘madre’ y ‘vida moderna’ son villanos poco convincentes». Y también dijo que «presenta la autocompasión de su rico, famoso y decididamente posadolescente protagonista como una especie de heroísmo».
Sin embargo, obviamente al disco se le considera un clásico hoy en día. La recontextualización del álbum en la película y subsecuentes conciertos ayudó a empatizar más con el concepto. Y a pesar de estas críticas negativas, no solo es considerado uno de los mejores discos de Pink Floyd, sino uno de los mejores de todos los tiempos.
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