Guns N’ Roses publicó un video resumen oficial de los conciertos que ofreció los días 17 y 18 de octubre en el Estadio Tomás Adolfo Ducó de Buenos Aires.
Una pieza audiovisual pensada para documentar la doble función que, según registros, vendió 73.287 entradas en total y se transformó en la única serie de dos noches de la banda durante su paso por Latinoamérica.
Los números comerciales del tramo inicial de la gira latinoamericana confirman la magnitud del regreso. Los primeros ocho conciertos vendieron 239.239 entradas y acumularon una recaudación combinada de 23,2 millones de dólares. Lo que arroja un promedio aproximado de 29.905 espectadores y 2,9 millones de dólares por show. Un indicador de la robustez comercial del tour, según consignó Blabbermouth..
Sin embargo, los focos apuntaron a otro lugar. Durante la apertura del segundo show en Buenos Aires (18 de octubre), Axl Rose protagonizó un episodio viral en el que lanzó su micrófono hacia la batería, se sacó la chaqueta y abandonó momentáneamente el escenario. Luego subió a la tarima de la batería y pateó el bombo, diciendo al público: “Bueno, voy a improvisar”.
El episodio desató preguntas sobre si la frustración apuntaba a la nueva incorporación detrás del kit, Isaac Carpenter, o a problemas técnicos.
Guns N’ Roses zanjó la especulación en redes sociales
el motivo fue un fallo en los monitores intrauriculares de Axl, que inicialmente solo reproducían la percusión en lugar de la mezcla completa. El problema fue resuelto hacia la tercera canción y, según el comunicado, la noche siguió con normalidad.
La aclaración enfatizó además que la situación “no tuvo nada que ver con la interpretación de Isaac Carpenter”, definido en el texto como “un baterista de primera”.
¿Por qué este detalle técnico escaló tan rápido?
El episodio permite analizar tres factores poco cubiertos por la prensa de rápido consumo. 1) La dependencia actual de las bandas en sistemas de monitorización personal. 2) El impacto inmediato de esos fallos en la percepción del público y la prensa. 3) La gestión de reputación del grupo ante rumores que podrían ensombrecer a músicos recientemente incorporados.
Isaac Carpenter, que reemplazó a Frank Ferrer a comienzos de año, llega con una sólida trayectoria en bandas como Loaded y colaboraciones con proyectos diversos. Medios especializados y la propia banda han destacado su versatilidad y “groove”. Posicionándolo como un puente estilístico entre bateristas históricos del grupo.
Esa biografía profesional fue clave en la respuesta pública de la banda, que buscó proteger su imagen ante versiones que vinculaban la furia de Axl con una supuesta deficiencia en la batería.
El video resumen oficial (y la rápida publicación del comunicado) no sólo sirven como registro del concierto. Funcionan como herramientas de control narrativo.
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