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El gráfico de ruta de un icono «Don’t Stop» de Billy Idol cumple 44 años

El pequeño álbum que lo comenzó todo para el artista británico fue lanzado un 8 de octubre de 1981, una demostración del rock taquillero.

Billy Idol

El 24 de octubre de 1981 no solo marcó el debut discográfico en solitario de Billy Idol, sino que también presentó el proyecto de un artista ambicioso que sabía exactamente dónde quería ir: dejar atrás el nihilismo punk de Generation X para abrazar el glamour, el sonido new wave y la potencia del rock de estadio. Billy Idol logró su propósito con estilo y determinación.

El EP de cuatro canciones, «Don’t Stop», no fue solo un puente; fue el gráfico de ruta que lo llevaría a conquistar MTV y los charts mundiales. A 45 años de su estreno, repasamos este trabajo que, más que una colección de demos, es la declaración de intenciones de un futuro icono como Billy Idol.

La fórmula de la transición

Tras disolver Generation X, Idol se muda a Nueva York y se asocia con el guitarrista Steve Stevens y el productor Keith Forsey. Esta tríada fue fundamental. Stevens aportó el virtuosismo y el filo del hard rock, mientras que Forsey (quien más tarde produciría a Simple Minds) le dio al sonido una limpieza y un pulido esenciales para la radio. Don’t Stop encapsula esta transición en cuatro cortes:

1. Mony Mony (Tommy James and the Shondells cover)

El tema que abre el EP es una audaz reinterpretación del clásico de 1968. Idol no solo la hizo suya, sino que la cargó de una energía cruda y sexual que la convirtió en el grito de guerra de su nueva era. Es un puente directo entre el sudor del punk y la sensualidad del rock de los 80. Demostrando que Billy Idol tenía el carisma para revivir material ajeno con una actitud inigualable.

2. Baby Talk

Una de las pocas composiciones originales del EP, «Baby Talk» es pura new wave con un toque de arrogancia punk. Es pegadiza, melódica y presenta a un Idol que ya ha refinado su gruñido vocal. La canción es una prueba temprana de su habilidad para escribir ganchos infecciosos, algo que definiría sus éxitos posteriores junto a Billy Idol.

3. King Rocker

Aquí es donde Idol le da el adiós definitivo a su banda anterior. Al regrabar «King Rocker» de Generation X, no solo actualiza el sonido a una producción más limpia y poderosa. Además de marcar simbólicamente que es él quien lleva las riendas del material. La versión es más robusta y le da a Steve Stevens el espacio para imprimir su sello guitarrero.

4. Dancing With Myself

El cierre es posiblemente el movimiento más inteligente del EP. «Dancing With Myself» fue una de las canciones más conocidas de Generation X, y al relanzarla con este nuevo sonido, aseguró un hit inmediato. La producción de Forsey le da mayor peso a la percusión y a las guitarras, transformando el tema en un himno de pista de baile solitario que presagió el éxito masivo de su álbum debut homónimo, el cual saldría un año después.

El legado de la actitud que insertó Idol

Don’t Stop fue un éxito comercial menor, pero su valor es histórico: fue el laboratorio donde Billy Idol refinó su imagen y su sonido. Entendió que el futuro no estaba solo en la música, sino en la actitud. Las chaquetas de cuero, el cabello rubio platinado y ese labio fruncido se consolidaron aquí, listos para ser magnificados por el poder del videoclip de Billy Idol.

Este EP no fue solo el debut; fue el primer paso de un artista que aprendió a caminar entre el punk y el pop, y que, 44 años después, sigue siendo una figura esencial del rock.


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