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¿Cómo guardo la mascarilla si tengo que quitármela en la calle? y otras dudas de quienes ya saben ponérsela bien

Cuanto más nos las ponemos, más preguntas nos hacemos sobre qué hacer y no hacer con ellas.

mascarilla calle

Cuanto más nos las ponemos, más preguntas nos hacemos sobre qué hacer y no hacer con ellas.

Por ElPais.com

Tus manos impolutas cogen la mascarilla por las gomas y la colocan sobre la cara, tapando bien la nariz y la boca, la melena bien recogida. Ajustas el clip nasal, la tela por debajo del mentón y, solo entonces, te pones las gafas. Con toda la seguridad que te permite vivir en un estado de alarma sales a la calle pensando que no era tan difícil usar mascarilla como es debido. ¿Qué dudas pueden surgir de un protocolo tan estricto? La cosa cambia en la calle, las situaciones imprevistas se suceden, las preguntas se acumulan. Sí, saber usar las mascarillas es algo más que conocer la técnica para ponerlas y quitarlas, y que las hay higiénicas, quirúrgicas, FFP2, FFP3, reutilizables (llevan la letra R en el envoltorio) y no reutilizables (NR). Estas son las respuestas a algunas preguntas inevitables en los primeros compases del desconfinamiento.

Si tengo que quitarme la mascarilla en la calle, ¿cómo la guardo?

Puede que hayas usado la mascarilla para ir a una tienda y a la salida decidas quedarte un rato en la calle. Hace un buen día y, como no hay nadie alrededor, quizá decidas quitártela. No es lo que recomienda el manual de uso. «Lo mejor es no tocarla», opina el portavoz de la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (SESPAS) José Jonay Ojeda. «Hay que ponerla cuando se sale de casa con la idea de no retirarla hasta volver», añade. Pero el médico admite que, conforme avanzan las medidas de desconfinamiento, puede resultar difícil seguir la pauta.

Si no queda más remedio, Ojeda recomienda quitárnosla sin tocar nada más que las gomas —si es con las manos desinfectadas con gel hidroalcohólico, tanto mejor— y doblarla por la mitad, con el interior hacia adentro y sin tocar la parte exterior. Luego se introduce en una bolsa con cierre de tipo zip, como las que se usan para guardar los líquidos en los aeropuertos. Si uno quiere conservar la mascarilla una vez en casa, puede usar la misma estrategia. Eso sí, al sacarla hay que tener la precaución de no tocar el interior del recipiente.

En la calle, ¿cuándo hay que usarlas? ¿Son necesarias en las terrazas?

La medida más efectiva sigue siendo mantener una distancia interpersonal de unos 2 metros, como mínimo de 1,5 metros. Cuando el espacio entre las personas es mayor, prescindir de las mascarillas, especialmente al aire libre, no es un problema. Si no se puede mantener la distancia es recomendable usarlas en cualquier situación, ya sea dando un paseo o al sentarse en una terraza (a no ser que la persona cercana a ti conviva contigo). En todo caso, usar mascarilla en todos los espacios públicos es una medida de precaución que podría tener un efecto positivo ante las aglomeraciones imprevistas y que Sanidad estudia hacer obligatoria.

Ya en casa, ¿hay que desinfectarla antes de guardarla?

Aunque puede ser una medida de higiene para las mascarillas de tipo FFP2 en el entorno hospitalario, no hay evidencia científica de un método que permita hacer algo semejante en el uso doméstico, explica Ojeda. Además, ningún hogar cuenta con el equipamiento necesario.

¿Cuál es el tiempo de vida máximo de una mascarilla?

Según un documento accesible desde la página web del Ministerio de Sanidad, se suele recomendar no usar las mascarillas durante más de 4 horas «por comodidad e higiene». Ojeda explica que se trata de un periodo de uso continuado (el total puede ser mayor), y que hay que tener en cuenta que, al hacer este tipo de cálculos, «estamos trasladando parámetros de los centros sanitarios a la calle«. Por ejemplo, en un hospital, un médico puede llevar una mascarilla mucho más de 4 horas. El especialista en medicina preventiva y salud pública insiste en que lo correcto sería atender a las especificaciones del fabricante: si se trata de una mascarilla reutilizable debe indicar en qué condiciones. Como las mascarillas quirúrgicas no lo son, su eficacia no está asegurada después de un uso aunque pueda seguir siendo eficaz.

¿Si, por necesidad, voy a reutilizar una mascarilla quirúrgica, cuánto tiempo debería guardarla entre cada uso?

Los estudios han demostrado que el SARS-CoV-2 puede permanecer activo en superficies hasta tres días, a temperatura ambiente. Un grupo de científicos de la Universidad de Stanford señala que a 22ºC, con una humedad de entre el 40% y el 75%, la carga vírica se reduce significativamente pasados 7 días, un tiempo que se alarga conforme bajan las temperaturas. Según un estudio de la Universidad de Hong Kong, publicado el mes pasado en la revista The Lancet, el virus no era infeccioso en el cristal y los billetes 4 días después de ponerlo en estos materiales, y tras 7 días no estaba presente en el plástico y el acero inoxidable. Sin embargo, alrededor del 0,1% de la carga vírica que inocularon los científicos en una mascarilla quirúrgica permanecía en ella pasada una semana. Teniendo en cuenta que la concentración de virus en el laboratorio previsiblemente sería mayor de la que normalmente llegaría a tener este elemento en condiciones normales, Ojeda opina que una semana puede ser un tiempo prudente.

¿Las mascarillas de tela tienen un número limitado de usos?

No existen unas recomendaciones oficiales, pero está claro que el producto se deteriora con el uso (peor es el caso de las mascarillas quirúrgicas, que pueden estar caducadas en el momento de estrenarlas). El Ministerio de Sanidad insta a mirar las recomendaciones del fabricante respecto al número de veces que se puede usar una mascarilla, y, sea cual sea, recomienda cambiarla en caso de que estén húmedas, sucias o hayan perdido su forma.

Si voy a visitar a alguien a su casa, ¿tengo que ponérmela?

«El riesgo es mayor en interiores que si estás al aire libre, como en una terraza», dice Ojeda, quien incide en la idea de que la higiene de manos y el espacio interpersonal son medidas fundamentales. Si están aseguradas, no es absolutamente necesario ponerse mascarilla, pero ante la duda es mejor pecar por exceso que por defecto: la precaución debe de ser máxima mientras exista el riesgo de contagio comunitario. Cuando está claro que mantener la distancia interpersonal de dos metros no será posible, no hay motivo para no usar una mascarilla como en el transporte público.

¿Las de tela se lavan cada día? ¿Tiene que ser a 60ºC?

Si las usas a diario, sí, dice el portavoz de la SESPAS, y apunta que se pueden tener varias por persona, de manera que se vayan guardando las usadas en bolsas cerradas para lavarlas juntas. Sanidad recomienda seguir las instrucciones de lavado que indique el fabricante en el envase, ya que usar un método distinto puede deteriorar el producto y hacer que pierda efectividad. En otro documento, el ministerio recoge tres métodos de limpieza y desinfección de mascarillas higiénicas reutilizables, y dice que los fabricantes deberían recomendar alguno de ellos. Entre ellos figura el de usar la lavadora, con agua a una temperatura de entre 60º y 90º y un ciclo normal.

¿Cuáles son las alternativas a la lavadora? ¿Funcionan los esprays que venden en las farmacias para desinfectarlas?

El listado de métodos para lavar mascarillas higiénicas reutilizables incluye dos opciones más. La primera es introducirlas en una dilución de una parte de lejía por cincuenta de agua tibia, durante 30 minutos. Según los investigadores de la Universidad de Stanford, este método no es apto para los modelos N95 (una denominación estándar estadounidense que indica una capacidad de filtrado del 95%, entre una FFP2 y un FFP3 europeas) porque se ha visto que degrada la capacidad de filtrar el aire. Después hay que lavarla con agua y jabón para eliminar la lejía y dejarla secar. La tercera opción, debido a las circunstancias especiales de la crisis sanitaria, consiste en usar cualquiera de los productos virucidas con actividad de desinfección de superficies autorizados por el Ministerio de Sanidad para PT2 (uso ambiental), recogidos en este listado. «Su uso será de acuerdo a las recomendaciones del fabricante, poniendo especial atención al uso diluido o no del producto y a los tiempos de contacto necesario para la actividad desinfectante. Una vez desinfectadas las mascarillas, se lavarán con abundante agua y jabón para eliminar cualquier resto químico y se dejarán secar», detalla el documento.

¿Se pueden desinfectar en el horno o el microondas?

Los científicos de la Universidad de Stanford han evaluado la posibilidad de emplear una combinación de temperatura y humedad para desactivar el virus SARS-CoV-2 en mascarillas N95. En experimentos de laboratorio, es posible a unos 70ºC durante 60 minutos, pero los investigadores advierten de que las condiciones del mundo real (en las que interfieren elementos como las gotas de saliva y las mucosidades) hacen que sus condiciones no puedan trasladarse a nuestro día a día. Y desaconsejan por completo el uso de hornos, al tiempo que advierten de que tampoco otros electrodomésticos, como los microondas, funcionan. No solo eso, aparte del riesgo evidente de introducir material contaminado en el hogar, el calor puede dañar el material de la mascarilla y deformarla, con la consiguiente pérdida de efectividad.

Las mascarillas de tela, ¿te protegen a ti del contagio o solo a los demás?

Según un estudio publicado en 2008 en la revista PLOS ONE, las mascarillas protegen en ambos sentidos, aunque las quirúrgicas son más eficientes que las de tela, y los niños son las personas que menos protección reciben en todos los casos. Sin embargo, es muy importante no confundir este tipo de estudios con una garantía de protección, ya que solo las de alta eficacia FFP2 y FFP3 están diseñadas para ello. Además, el uso generalizado de mascarillas obedece a la necesidad de contener el contagio de quien la lleva a los demás, puesto que una persona infectada puede ser asintomática.

¿Se puede usar la luz ultravioleta para desinfectar una mascarilla?

Nueva York se prepara para usar un tipo específico de luz ultravioleta para desinfectar sus autobuses y vagones de metro. En China, además de los vehículos, hay robots que han empleado esta luz ultravioleta, de tipo C (UVC), para desinfectar los suelos de los hospitales. Los científicos de Stanford que estudian los mejores métodos para desinfectar mascarillas N95 advierten de que puede no llegar a las capas internas del tejido y de que no se ha validado con el SARS-CoV-2, aparte de que es perjudicial para los ojos y la piel. Por otra parte, no es el tipo de luz ultravioleta que se usa en dispositivos domésticos (ni en las lámparas para secar el esmalte de uñas), y es aconsejable huir de bulos como el que ha circulado acerca de una lámpara portátil con la que se pueden desinfectar objetos.

¿Funcionan igual si se mojan con la lluvia?

La humedad es un inconveniente serio en el funcionamiento de las mascarillas. «Es mejor no volver a utilizarla, cuando están mojadas disminuye su eficacia», dice Ojeda. Si es una mascarilla de tela es suficiente motivo para meterla en la lavadora, si no, buscar una nueva puede ser la mejor solución si llega a degradarse.

¿Cómo distingo una mascarilla falsa de una auténtica?

Lo primero que hay que mirar, como en cualquier otro producto, es que tengan el marcado CE que indica que cumple con la legislación, aunque en este momento la venta de mascarillas y batas sin esta distinción está permitida. El siguiente dato que interesa es el de la norma de calidad que certifica que está fabricada según un estándar. En las mascarillas quirúrgicas, la referencia a la norma es UNE EN 14683, mientras que en las filtrantes (las más caras y falsificadas) es UNE-EN 149. Hay otras certificaciones válidas temporalmente, que se han recogido en el Boletín Ofical del Estado. Detectar otros defectos propios de las falsificaciones es más complicado. Una impresión borrosa de las letras o una etiqueta claramente manipulada pueden ser indicios a tener en cuenta, pero en este caso Ojeda tiene claro que las autoridades son las responsables de evitar los fraudes.

¿Tengo que usar mascarilla para hacer ejercicio?

Para el médico, el caso de los deportistas es como el de cualquier otra persona. «Si uno está en un entorno en el que se puede mantener la distancia interpersonal creo que es mejor no utilizar mascarilla», afirma. Y la distancia puede variar según el deporte. Pero, si no está garantizada, la prudencia llama a utilizar esta protección, advierte. También apunta que ponerse este elemento en la cara puede ser un problema si causa sensación de asfixia, especialmente las que permiten el flujo de aire con mayor dificultad. Si es necesario usarla porque se forman grupos de corredores o la densidad de personas en la calle es considerable, la solución más sencilla para seguir haciendo ejercicio sería bajar el ritmo hasta que la respiración sea cómoda.


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