ACTITUD FUTURO

Pagan 21 millones de dólares a hombre que estuvo 39 años preso por un crimen que no cometió

Cuando tenía 31 años fue acusado del asesinato de su antigua novia Rhonda Wicht y el hijo de cuatro años de esta, Donald.

Cuando tenía 31 años fue acusado del asesinato de su antigua novia Rhonda Wicht y el hijo de cuatro años de esta, Donald.

Craig Coley, de 72 años, está entre ese desafortunado grupo de personas que han sido juzgados injustamente. El estadounidense ha pasado casi 40 entre rejas por dos asesinatos que nunca cometió, lo que ahora le significará una indemnización de 21 millones de dólares.

«Aunque no hay cantidad de dinero que pueda compensar al señor Coley por lo que ha pasado, cerrar este caso de esta manera es lo correcto para él y para la comunidad», aseguró un portavoz de Simi Valley, California, en un comunicado.

Mientras que muchos casos por encarcelamiento injustificado llevan años de juicios y apelaciones, el caso de Coley ha tenido a todos los niveles de gobierno de su lado: desde el entonces gobernador Jerry Brown, que perdonó a este veterano de la Armada en 2017, hasta el fiscal del distrito o el departamento de policía que decidió reabrir el caso.

En un primer momento, a Coley se le concedieron dos millones de dólares de compensación, 140 dólares por cada uno de los 13.991 días que este hombre pasó entre rejas. Meses más tarde de aquella concesión monetaria, los abogados de Coley presentaron una demanda federal por haberse violado sus derechos civiles. La ciudad de Simi Valley pagará cerca de cinco millones de esos 21. El resto provendrán de compañías de seguros y otras fuentes, según un comunicado de prensa citado por la cadena CNN, recoge El País.

Coley tenía 31 años cuando su vida tomó un giro inesperado para siempre. A pesar de que en todo momento mantuvo que era inocente, la Fiscalía le acusó de asesinato en primer grado de su antigua novia Rhonda Wicht y el hijo de cuatro años de esta, Donald, y pidió la pena de muerte. En un primer juicio, el jurado no llegó a un veredicto unánime y se declaró el proceso nulo. En una segunda causa, Coley fue encontrado culpable y sentenciado a pasar el resto de su vida en la cárcel.

El caso de Coley es uno más de los muchos que demuestran que el sistema judicial es falible y arruina la vida de personas inocentes, incluso llegando a ejecutar a hombres y mujeres que no eran culpables de los crímenes por los que se les condenó, ha planteado el grupo Innocence Project.

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