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La historia de la canción «Ace of Spades» de Motörhead

Así se forjó uno de los mayores himnos del rock y el metal, como también de la música en general de todos los tiempos.

Así se forjó uno de los mayores himnos del rock y el metal, como también de la música en general de todos los tiempos.

El 28 de diciembre se cumplieron tres años del fallecimiento de Ian Fraser Kilmister, Lemmy Kilmister para la eternidad. Y si hay una canción por la que será recordado este icono del rock es “Ace of Spades”.

El tema más conocido de Motörhead se encuentra en el disco del mismo título, Ace of Spades (1980). Se considera el cuarto disco de la formación inglesa, después de Motörhead (1977), Overkill (1979) y Bomber (1979), y le seguirían muchos otros LPs. Sin embargo, es la obra de referencia de este grupo. No por casualidad está entre los diez mejores discos de metal de la historia tanto para Ozzy Osbourne como para Rob Halford, dos titanes del género.

El disco se publicó en noviembre de 1980, poco después del lanzamiento de “Ace of Spades” como single. Este trabajo venía después de que el EP The Golden Years, publicado ese mismo año, tuviese un éxito inesperado y situase a Motörhead en el ojo del huracán.

Según ha contado en diversas ocasiones el guitarra ‘Fast’ Eddie Clarke, esta situación no parecía afectar demasiado a Lemmy, que por aquella época no estaba muy por la labor de ensayar y prefería pasar el tiempo con su novia de entonces. La banda se encontraba en los Rockfield Studios de Gales con la intención de sacar material para su próximo larga duración, pero ante la “dejadez” de Lemmy, fueron Clarke y el batería Phil ‘Philthy Animal’ Taylor quienes se pusieron a tocar y probar cosas. “Ace of Spades” saldría de esos experimentos sonoros.

Ya en Londres, convencidos del potencial de esa versión primitiva de la canción, se pusieron a trabajar sobre ella en los Jackson’s Studios en Rickmansworth, una pequeña localidad cerca de la capital británica, junto con el productor Vic Maile.

Maile, productor de gente como Jimi Hendrix o Led Zeppelin y que ya había trabajado con Lemmy en su anterior grupo, Hawkwind, fue clave en el producto final. Supo capturar la energía y la crudeza del directo de la banda y añadirle la complejidad y cohesión de la versión del vinilo.

Por una vez, y sin que sirviera de precedente, los Motörhead fueron muy receptivos a las ideas de Maile, que poco tenían que ver con su modus operandi. El productor tenía una caja llena de objetos que producían diversos sonidos. Se sabe que les dio unas piezas de madera para grabarles tocando con esos palos. No hubo mucha coordinación pero el resultado fue bueno. Cuenta Clarke que Vic Maile era diabético, ni bebía ni fumaba, y estaba bastante delicado, así que como no podían pasarse mucho con él no les quedó más remedio que escucharle y hacerle caso.

Una vez compuesta la base de la canción, la guinda del pastel fue la letra, de la que se encargó Lemmy. Cuenta la leyenda (es lo que contaba él, básicamente) que Kilmister escribió la letra de “Ace of Spades” mientras iba en la parte trasera de una furgoneta Ford Transit a unos 140 km/h.

Fuera exactamente así o no, lo que sí resulta fácil creerse es la intención de Lemmy Kilmister cuando escribió la letra de este tema. Esta no era otra que reunir un montón de expresiones, clichés y metáforas sobre el mundo del juego. El “as de picas” que da nombre a la canción es la carta más valiosa de la baraja y la letra habla de ganar y perder, subir la apuesta o plantarse, aunque también hay referencias más difíciles de captar como el término “ante” del póker o las expresiones “seven or eleven” y “snake eyes” que son específicas de los dados.

En la letra se menciona también la “dead man’s hand”, una mano de póker que se conoce con este nombre porque es la que se supone que tenía Bill El Salvaje (el forajido Wild Bill Hickok) cuando lo mataron en medio de una partida, y que se corresponde con una doble pareja de ases y ochos de picas. Además, las picas, y especialmente el as, se asocian en varias culturas con la muerte.

No hay que olvidar que el juego no era un mundo desconocido para Kilmister, se sabe que era un gran aficionado y que era fácil encontrarle en Rainbow, el bar de Los Ángeles que el artista solía frecuentar y donde cuenta ahora con su propia estatua.

Así se forjó uno de los mayores himnos del rock y el metal, de la música en general de todos los tiempos. Una de las canciones más influyentes, recordadas y referenciadas del pasado siglo XX.

La versión más radical del tema seguramente es la que hizo la propia banda en 2010. Motörhead grababa una versión acústica de “Ace of Spades” para un anuncio de cerveza con Lemmy cambiando el bajo por la armónica.

El propio Lemmy admitiría en más de una ocasión que había acabado hasta las narices de “Ace of Spades”. En una entrevista a la revista Mojo en 2011 incluso confesó que se alegraba de que se hubieran hecho famosos con semejante temazo y no por un bodrio, pero que se había pasado dos años cantando “the eight of spades” en lugar de “the ace” y que nadie se había dado cuenta.

Al mismo tiempo, Kilmister admitía que la seguían tocando porque “si yo fuera a un concierto de Little Richard también esperaría que tocase “Long Tall Sally”.

Al final, “the pleasure is to play” (play que en inglés vale tanto para jugar como para tocar un instrumento), una frase que Dave Grohl recuperó en el homenaje a Lemmy que hizo junto a los Hollywood Vampires en los Grammy de 2016, donde tocaron –oh, sorpresa- “Ace of Spades”.

Fuente: DiabloRock


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