PUNTERO FANTASMA

La vedette: cuando todos querían ver a Palestino

En 1952 el fútbol chileno por fin se puso serio. Imitando a Europa, nació la Segunda División profesional: con la elección a dedo de las instituciones que conformarían el Ascenso, los clubes rentados aumentaron de 12 a 20. En teoría, cada año el ganador de ese torneo subiría a Primera; el último volvería al amateurismo y su reemplazante sería otro club elegido por la dirigencia central. Uno de esos 8 seleccionados fue el Club Palestino.

Bien integrada a la sociedad chilena y con harta plata fresca en el bolsillo, la colonia palestina residente reunía suficientes méritos para tener su equipito a imagen y semejanza de la Unión Española y el Audax Italiano. “Se trata de una institución de sólida base social y económica, que posee una cómoda sede en el centro de la ciudad. Dentro de poco podrá contar con un estadio moderno, ya que tiene listos los terrenos y la construcción se habrá de iniciar a mediados del año”, anticipaba revista Estadio.

Esos terrenos, situados en pleno campo en Las Condes, eran los mismos donde años después se establecería otro “Club Palestino”, harto más empingorotado y donde -por cierto- nunca se jugaría fútbol profesional. Durante esos primeros años, el cuadro tricolor haría de local en un recinto harto más precario: el Estadio Militar de Rondizzoni.

Otra curiosidad: poco antes de sumarse a Segunda, la dirigencia árabe había coqueteado con sus pares del Bádminton, hastiados rápidamente de la fusión con Ferroviarios. En tono de chacota, así lo relataba Julio Martínez: “Bádminton quiere dejar al Ferro para aliarse con el Palestino. No ganamos nada -arguyen sus personeros- con la unión con los carrilanos. Ya ven que fusionados fuimos últimos en el campeonato; nosotros, sin necesidad de ellos, también somos capaces de llegar últimos. Las gestiones están lanzadas y me dicen que el problema sólo estará en el nombre, ya que no se podrá mezclar con facilidad como Ferro-Bádminton. No suena bien Pales-Bádminton. Y alguien ha propuesto que se usen las dos sílabas finales de Palestino y así se forme Badmin-Tino. Pero los palestinos no aguantan la fórmula”.

Al cabo, el debut profesional de Palestino fue estupendo. Luego de intensas tres ruedas, acabó empatado en el primer lugar de la tabla con Rangers de Talca. El desempate se jugó en Rancagua, donde ganaron los árabes por 4 a 2. Pero en verdad daba lo mismo: dando inicio a décadas de despelote en cuanto a ascensos y descensos, ambos terminaron subiendo; Green Cross, colista de Primera, se negó a bajar (y no bajó nomás).

En 1953, entonces, la Primera División contaría con 14 clubes. Bien reforzado, Palestino fue la vedette: contrató a Michel Dides, capitán de la selección de Palestina, e incluso sus dirigentes intentaron repatriar desde Inglaterra a los hermanos Robledo. El viernes 1 de mayo, 15.000 espectadores se congregaron en el Estadio Nacional para ser testigos del estreno en la elite del cuadro tricolor. ¿Su rival? Santiago Morning. ¿El resultado? Un espectacular 6 a 1 a favor de los debutantes.

Una semana después vino la locura. En el mismo escenario, Colo Colo recibió a los encumbrados árabes. Más de 50.000 personas (!) abarrotaron el recinto; para ver mejor, muchos se acomodaron en las escaleras, túneles de acceso, el eterno velódromo que entonces rodeaba la cancha e incluso el mismo césped. Así reflexionó JM: “Por quince años la cancha del Estadio Nacional ha permanecido sin reja olímpica -situación acaso única en el mundo- pero ya se hace imperioso poner el alambrado. Ojalá no sea una reja de mucha altura, tosca y de púas, con fosos y trincheras como las hay en otros países. En buenas cuentas, basta una reja de acuerdo con la idiosincrasia amable y cordial de nuestro público”.

Al final, los albos ganaron 2 a 1: a mitad del primer tiempo, el partido debió ser interrumpido para permitir que cientos de hinchas cruzaran la cancha para instalarse al otro lado. El fervor por Palestino, por desgracia, duraría poco; la plata, algo más: apenas dos años después, el “equipo millonario” ganaría el título de Primera.

Fotos: revista Estadio


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