PUNTERO FANTASMA

¿De dónde sacar público?

Santiago Morning-Colchagua 1972

Campeonato Segunda División 1972
Estadio Nacional
Santiago Morning 3 – Colchagua 1

En los años 60 las asistencias promediaban los 10 mil espectadores por partido en Primera (y 5 mil en Segunda). Nunca ha ido tanta gente al estadio en Chile.

El romance entre los chilenos y el fútbol, sin embargo, se quebró pronto. A fines de esa década, el público comenzó a alejarse de las canchas. ¿Razones? Campeonatos enrevesados, la irrupción de la TV en muchos hogares, aumento del precio de las galerías, estadios incómodos…

Previendo una crisis, la Asociación Central de Fútbol (ACF) quiso cortar de raíz uno de los males que limitaba el desarrollo de la actividad: los clubes profesionales sin arrastre. En una decisión extraña -y quizás valiente- quiso borrar de su estructura a los comparsas capitalinos que con suerte llevaban a mil personas al estadio, sobrecargaban la programación en Santiago y sólo taponeaban la entrada de buenas plazas de provincia.

Y los empezaron a echar. Como ya hemos visto, se forzó a varios equipos sin casa a mudarse de ciudad (Green Cross a Temuco, Badminton a Curicó, Municipal “provisoriamente” a Rengo), no hubo piedad con San Bernardo Central y se acabaron las repostulaciones fraudulentas de Iberia.

Quedaban otros “cachitos”, sin embargo: la UTE, Ferroviarios, Santiago Morning y también “el viejo y querido” Magallanes. Entonces la ACF discurrió un requisito que todos los equipos deberían cumplir para no ser expulsados del torneo: acreditar una asistencia mínima de 1.700 espectadores por partido como local. El que promediara menos al fin del campeonato, chao nomás.

Hecha la ley, hecha la trampa. Los dirigentes comenzaron a comprar las cuotas necesarias de entradas brujas para que, al contabilizar la recaudación, se llegara a la cifra mágica de 1.700. Así lo resumió la revista Estadio:

Requisito público

Al cabo, ningún club fue víctima formal de esta norma (aunque la UTE prefirió irse sola antes que caer en estos arreglines). Años después, la propia ACF se hizo la lesa y aceptó reemplazar el perdido estadio de la Villa Portales por El Bosque, validando el inexplicable ascenso de Aviación desde el Torneo Regional Metropolitano.

Pero el requisito del “público promedio” nunca fue derogado: a fines de los 80, cuando Palestino ya comenzaba era considerado un estorbo, se le intentó aplicar mano dura con los promedios de público. ¿Qué hizo la dirigencia “baisana”? Lo mismo que sus colegas 20 años antes: comprar abonos fantasmas y santo remedio.

Fotos: José Carvajal, archivo revista Estadio.


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