PUNTERO FANTASMA

Everton, mil historias

En 1944 la Asociación Central de Fútbol decidió por fin ampliar sus fronteras más allá de la capital permitiendo la afiliación de los populares Wanderers y Everton,

Everton 60s
Archivo

Pocos saben que el Everton Football Club, fundado en junio de 1909, nació en Valparaíso: para ser más precisos, en el entonces aristocrático Cerro Alegre. Aunque ciertas crónicas aseguran que su nombre alude a una marca de caramelos populares en la época, hay consenso en que su partida de bautismo homenajea al homónimo equipo de Liverpool que por esas fechas cumplía una publicitada gira por Argentina.

El uniforme evertoniano -originalmente granate- no es idéntico al de Boca Juniors por casualidad: a fines de los 20 la dirigencia chilena encargó a Buenos Aires un juego de camisetas azules con mangas amarillas; las que llegaron eran las del cuadro xeneize y así se quedaron.

Lo concreto es que en pocos años Everton se había transformado en una de las instituciones deportivas más importantes de Valparaíso. En 1911 su rama de fútbol se afilió a la poderosa liga porteña; en 1935 el equipo comenzó a jugar en las canchas del Sporting Club de la vecina Viña del Mar, que a apenas medio siglo de su fundación ya se había consolidado como ciudad: la mudanza con camas y petacas de los “guata amarilla” sólo se concretaría en 1943.

En 1944 la Asociación Central de Fútbol decidió por fin ampliar sus fronteras más allá de la capital permitiendo la afiliación de los populares Wanderers y Everton, entonces ya archirrivales. Con su llegada al campeonato de Primera División, los “Oro y Cielo” consolidarían su arraigo en la Ciudad Jardín, que nunca ha albergado a otro club profesional.

Everton 1950

En 1950 los evertonianos, de la mano del legendario René Meléndez, harían historia al convertirse en los primeros campeones provincianos, título que repetirían dos años después.

La foto de arriba, datada a mediados de los sesenta, retrata un disputado encuentro Everton-Colo Colo jugado en Sausalito (ex El Tranque). En esa época, el estadio recién remodelado podía recibir a más de 30 mil personas y otras 5 mil más en los cerros aledaños. Tal vez lo más curioso de la imagen es la existencia de amplias tribunas de prensa a ras de piso heredadas del Mundial, que podían acoger cómodamente a más de un centenar de periodistas con máquina de escribir y todo.

Foto: Archivo Revista Gol y Gol.


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