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Gary Holt de Exodus y Slayer se refiere a los problemas económicos de las bandas de metal

En un mercado cada vez más competitivo, Gary Holt, se refiere a las complicaciones económicas de sostenerse en el metal.

Gary Holt
Rock City Music Company

Gary Holt, guitarrista fundacional de Exodus -lo cual, por extensión, lo transforma en un guitarrista ancla para la historia del thrash metal-, no es exactamente una persona de bajo perfil.

Activo en redes sociales. Sometido a toda la exposición que implica “reemplazar” a Jeff Hanneman en Slayer (incluso antes de que falleciera), y más ahora que nadie sabe a ciencia cierta cuál es el estado actual de Slayer. Autor de la autobiografía A Fabulous Disaster: From the garage to Madison Square Garden, the hard way que no solo transparente un montón de chismes sobre la escena temprana del thrash metal (como lo hizo el libro I’m The Man de Scott Ian en su momento), sino también aprovechando la posición para hacerse vocal con respecto a algo a lo que se ha referido múltiples veces en prensa:  la inviabilidad económica de las bandas de metal.

En su libro ya mencionado, él se refiere a sí mismo como “un viajero vendedor de ropa”. Sobre eso, en una entrevista con Nick Bowcott señaló que quizá cuando el proyecto en cuestión se trata de Metallica puede que no sea necesario vender ninguna polera. Pero para bandas más pequeñas como Exodus sí que lo es. Aún incluso asumiendo el privilegio de su posición.

Hubo un momento en el que Holt desarrolló un negocio paralelo con las poleras que se referían a la familia Kardashian. Poleras con las que salía a tocar en vivo. Eventualmente las empezó a vender y, pasada la pandemia, comentó que era parte de su fuente central de ingresos: vender ropa. Muy lejos del glamour de la música.

El diálogo con otros casos

Existen otras personas que se han referido al tema, como Max Cavalera (ex Sepultura), o el mismo Jeff Rosenstock que alguna vez hizo pública en su cuenta de Twitter que recintos en los que tocaría para la gira de su disco HELLMODE estaban cobrándole comisiones a su merchandising. No lo hizo público gratuitamente. Estaba transparentando que necesitaba ese dinero para costear la gira. Algo similar a lo que se refirió Gary Holt en la entrevista mencionada: “Si logras costear la gira completa, estás completamente adelantado al juego”. Por cierto, la publicación de Rosenstock fue particularmente polémica y le valió una discusión con el mismísimo Steve Albini, un poco antes de que falleciese.

En estricto rigor, Slayer no hace giras propiamente tal. Pero Exodus sí. Y Slayer es considerablemente más grande y convocante que Exodus. Gary Holt sabe de lo que habla. Quizá la pieza de no ficción más ilustrativa de cómo se ve el esfuerzo de una banda por subsistir económicamente es el documental de Anvil dirigido por Sacha Gervasi. Una real tragedia de historia.


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