Domingo Ballas, joven chileno de 19 años, regresó el pasado domingo 23 de noviembre al país tras pasar dos semanas detenido en un centro penitenciario de alta seguridad en Estados Unidos.
El caso de Ballas surgió luego de un problema migratorio. Dicha situación terminó con su arresto por parte del Servicio de Inmigración (ICE) mientras compartía con amigos en una calle de Florida. Ballas había ingresado a EE.UU. con una visa de estudiante, documento que perdió validez tras abandonar la universidad que lo patrocinaba. En paralelo había solicitado una visa B2 para continuar sus actividades deportivas, trámite que quedó en estatus pendiente. Ese vacío administrativo derivó en su detención el 8 de noviembre.
Después de una primera estadía en una cárcel de Orlando, el joven fue trasladado al South Florida Detention Facility —conocido como “Alligator Alcatraz”— donde permaneció incomunicado en sus primeros días. “Fue desesperante, no sabía qué hacer. Solo quería llamar a mi familia”, relató al llegar a Chile. “Nunca pensé que iba a estar esposado en una cárcel de alta seguridad”, sumó.
El joven describió el recinto como un lugar extremo: “Es una jaula, te tienen encerrado todo el día. Te dan comida tres veces al día y nada más”. También comentó que en el centro convivían personas de múltiples nacionalidades y por diversas causas. “Había gente detenida por razones muy distintas. Fue una locura”, precisó. Pese al impacto, busca darle un sentido positivo a la experiencia, asegurando que “son cosas que marcan, pero también enseñan. Me quedo con eso”. El joven retornó acompañado de sus padres y afirmó que lo único que desea ahora es descansar. “Quiero llegar a mi casa, ducharme, comer algo. Fueron días muy difíciles”, indicó Domingo Ballas, según consigna ADN.
Francisca de la Barra, madre de Domingo Balas, dijo por su parte que la detención de su hijo fue algo «terrible» por «la incertidumbre de que se cambiaba de una cárcel a otra y no saber dónde estaba, no poder ingresar al sistema porque nada está por sistema».
«Es difícil, complicado saber que tu hijo sufre. Las veces que yo pude hablar con él, yo lo conozco, él trata de ser sólido, hacerse el fuerte», dijo sobre la angustia que le provocó la detención del joven, que llegó a Estados Unidos con una beca deportiva. Sin embargo, Francisca dijo que su hijo pudo sortear esta situación de buen forma porque «tiene un don que es hacerse buenas amistades y lo protegieron mucho, sobre todo los chilenos, los latinos, los venezolanos, lo protegían mucho. O sea, de repente había que ir hasta al baño acompañado».
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