Santiago no sólo llenó las redes sociales el día del anuncio. Según los datos de YouTube Charts, la capital chilena es la ciudad del mundo donde más se sintoniza a Guns N’ Roses, con 2,27 millones de reproducciones en los últimos 365 días. Por encima de gigantes regionales como Ciudad de México (2,04M) y Bogotá (1,82 M). Ese número no es capricho. Pues, refleja una mezcla de afición histórica al hacia el rock, el efecto de la gira y el comportamiento de consumo musical en la plataforma.
Que Santiago lidere la lista tiene varias lecturas. Primero, la voz del escenario. La banda programó un show en el Parque Estadio Nacional para el 14 de octubre de 2025, parte de la segunda etapa de su tour por tierras latinoamericanas anunciada en junio. La confirmación de fechas y la venta de entradas suelen disparar búsquedas, reproducciones y playlist locales. Fans que reservan su ticket también se ponen a calentar motores, escuchando nuevamente los clásicos, comparando versiones y repasando baladas.
Segundo, la lista de canciones más escuchadas muestra por qué Santiago presume de rock clásico. «Sweet Child O’ Mine» acumula 23,4 M vistas y «November Rain» 20,9 M, temas que funcionan tanto como himnos en estadio como contenido “evergreen” en YouTube, entre videos oficiales, lyric videos y compilados de fans. Estos hits largos en permanencia favorecen a mercados con alto consumo de video-on-demand frente a plataformas sólo audio.
Guns N’ Roses: una lectura novedosa:
Santiago como “ciudad festival” de escucha. No es sólo el efecto del concierto puntual; es el ecosistema alrededor del show: radios locales que recuperan los clásicos en parrillas especiales, creadores chilenos haciendo contenidos previos (reacciones, covers, listas de reproducción), y la conversación urbana, desde bares hasta oficinas, que convierte canciones en referencias diarias. Eso explica por qué ciudades latinoamericanas dominan el top 10. Cercanía cultural, mercados con fuerte consumo audiovisual y, en varios casos, fanbases intergeneracionales que mantienen vivas las canciones.
Otro ángulo interesante:
La geografía de la lista. Junto a Santiago aparecen grandes urbes angloparlantes o de fuerte escena musical (Nueva York, Milán) y también ciudades inesperadas como Yakarta y San Salvador. Eso confirma que YouTube Charts no mide sólo población, sino la intensidad de escucha local (views por ciudad en el último año) y la capacidad de una ciudad para convertir interés en volumen de reproducción. En términos prácticos, 2,27 M en Santiago revela una audiencia comprometida.
Santiago es mercado clave para campañas que quieran conectar con fans de rock en Latinoamérica. Hay material para piezas potentes, desde perfiles de fans hasta análisis sobre por qué ciertas baladas perviven en la memoria colectiva, y para la propia banda, un termómetro que confirma que su repertorio sigue sonando con fuerza en la región.
Detrás de esos 2,27 millones hay personas que crecieron con un solo riff, padres que comparten canciones con hijos, vecinos que se aprenden los versos en el colectivo. La cifra dice tanto del músculo del rock como de una ciudad que, cuando hay motivo, canta al unísono. Y cuando la banda suba al Nacional, no será sólo un concierto: será la convergencia de esos millones de pequeñas historias que suenan una y otra vez en YouTube.
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