MTV, la señal que cambió la forma en que millones vieron la música, decidió apagar buena parte de su oferta de canales musicales para fin de año. La medida afecta a señales icónicas, MTV Music, MTV 80s, MTV 90s, Club MTV y MTV Live. Y responde, según la compañía matriz, a un replanteo estratégico y a la caída sostenida de audiencia de la televisión lineal frente a plataformas on-demand.
Para quienes crecieron frente a la tele esperando estrenos o videoclips, la noticia tiene una lectura sentimental. Se pierde una vitrina. MTV no solo ponía videos. Definía estéticas, lanzaba tendencias y convirtió presentadores en referentes culturales.
Pero la mudanza no es total
La marca conservará su presencia digital, redes sociales, plataformas y eventos en vivo. El canal principal continuará emitiendo, ahora más orientado a programación de entretenimiento y reality. Eso confirma la sensación de que el videoclip, como formato televisivo dominante, fue desplazado por YouTube, TikTok y playlists personalizadas.
¿Por qué ahora? La explicación práctica tiene dos costados:
Tras la fusión de Paramount con Skydance y la necesidad de recortar costos, la empresa optó por concentrar recursos en contenidos con mejor retorno y audiencias más jóvenes en plataformas digitales. Al mismo tiempo, el espectador actual consume música en clips cortos, algoritmos y redes, no en parrillas televisivas. Lo que erosiona el sentido económico de mantener señales musicales lineales.
La reacción en redes fue instantánea y variada. Hubo lamentos nostálgicos, memes que celebran los “timelines” de los 90, y también comentarios pragmáticos que celebran la posibilidad de que la música encuentre formatos nuevos y más flexibles.
Antes, los videoclips pasaban por un filtro editorial con poder para catapultar artistas. Pero también se abre una oportunidad: la promoción musical se democratiza. Los artistas emergentes pueden viralizarse sin necesidad de pasar por la tele, y los festivales, los streams exclusivos y las alianzas con plataformas podrían convertirse en las nuevas vitrinas. La gran pregunta es si eso permitirá la misma proyección cultural que un programa de MTV de los 80 o 90.
No es solo un ajuste de parrilla, es el cierre visible de un capítulo que empezó con la emisión 24/7 de videoclips y terminó con la fragmentación total del consumo. Para las generaciones X y millennial, MTV fue memoria y banderín cultural. Para los nativos digitales, fue en el mejor de los casos, un nombre nostálgico. La historia no desaparece, queda registrada en archivos, en la influencia estética que aún vemos y en plataformas que ahora retoman ese legado de maneras distintas.
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