Noticias

Ian Watkins, ex frontman de Lostprophets condenado a pedofilia, muere tras ser apuñalado en prisión

Ian Watkins ya había sido víctima de otros ataques carcelarios en años anteriores de los 29 que estaba cumpliendo en la cárcel.

Ian Watkins Lostprophets
Getty Images / Archivo

Ian Watkins, conocido por haber sido el cantante de la banda de metal Lostprophets, ha muerto a los 48 años tras ser apuñalado en prisión.

El ex cantante estaba cumpliendo desde 2013 en Wakefield una condena de 29 años, luego de declararse culpable de 13 delitos sexuales asociados a pedofilia, incluyendo intento de violación de un bebé, conspiración para violar a un menor, tres cargos de agresión sexual con menores, siete cargos de tomar, crear o poseer imágenes indecentes de menores y uno de posesión de una imagen pornográfica extrema que incluía un acto sexual con un animal.

Mientras, en 2023 ya había sido tomado rehén y apuñalado por compañeros reclusos. Esto, aparentemente por una disputa sobre lecciones de guitarra y el enojo por las visitas a la cárcel de una «novia» más joven de Watkins, informó The Sun.

Ahora, dos años después y según el propio medio inglés, Watkins habría sido emboscado y apuñalado en el cuello, sin chances de poder ser salvado por los guardias que llegaron a la escena.

El caso de Ian Watkins

Al parecer, de acuerdo al libro Life Behind Bars In The Monster Mansion, publicado por Jonathan Levi y Emma French, Watkins estaba consciente de que los pedófilos eran fuertemente castigados en prisión, y había «gastado miles de dólares en protección».

Pese a ser condenado, el ex frontman galés habría seguido cometiendo delitos. En 2017, por ejemplo, se reportó que estaba acosando a una madre desde su celda. La joven era fanática de Lostprophets y habría visitado en varias ocasiones a Ian Watkins, y este hacía chistes sexuales sobre la bebé que tenía la chica.

La lactante fue puesta bajo tutela de Servicios Sociales. «Nos da asco», declaró entonces un portavoz de la NSPCC: «Es absolutamente desconcertante que siguiera con el acoso. Demuestra desprecio por los niños que abusó y plantea serias dudas sobre la supervisión».


Contenido patrocinado

Compartir