El 27 de septiembre de 1989, Billy Joel publicó uno de sus sencillos más emblemáticos: «We Didn’t Start the Fire». Con su particular estilo narrativo, el artista condensó en poco más de cuatro minutos un repaso vertiginoso por los hechos, figuras y tensiones. Estos marcaron al mundo desde finales de los años 40 hasta finales de los 80.
En la víspera de los 36 años de su lanzamiento, la canción sigue siendo un testimonio de memoria generacional. Además, es una especie de mapa musical de la historia contemporánea.
Un fuego heredado
El trasfondo de la canción es profundamente existencial. Billy Joel compone esta pieza como una protesta generacional. Es una respuesta a la crítica recurrente de que los jóvenes de su época eran responsables de un mundo en crisis. Con el título «We Didn’t Start the Fire» (Nosotros no empezamos el fuego), Joel busca dejar claro que su generación heredó un planeta marcado por efectos de la posguerra de las dos grandes guerras mundiales del siglo XX.
Para él, la devastación, los conflictos políticos, las amenazas nucleares y los cambios sociales eran parte de un fuego encendido mucho antes de que su generación naciera. Su mensaje es directo: no son culpables de encenderlo. No obstante, se vieron obligados a vivir y lidiar con sus llamas.
Un recorrido por la historia reciente
El estilo de la canción es casi un torrente informativo. En lugar de versos tradicionales, Billy Joel enumera hechos históricos, personajes políticos, tragedias, avances científicos y fenómenos culturales. Cada nombre o evento funciona como una pincelada que, en conjunto, construye un mural de la segunda mitad del siglo XX. Esa estructura caótica, casi periodística, refleja precisamente el mundo acelerado y convulso que describe. Y es ahí donde radica la genialidad del tema: no es solo una canción, es una lección de historia comprimida en ritmo pop-rock.
La canción de Billy Joel que envejece con vigencia
Aunque han pasado más de tres décadas desde su estreno, el espíritu de «We Didn’t Start the Fire» mantiene su relevancia. Nuevas generaciones siguen identificándose con el mensaje de Joel: el peso de la historia y sus consecuencias nunca desaparece, solo cambia de protagonistas. Cada época enfrenta sus propios incendios, pero las llamas que arden siempre tienen raíces más antiguas
A 36 años de distancia, este sencillo se mantiene como uno de los más reconocibles de Billy Joel. También es un himno generacional que recuerda que la música puede ser memoria, protesta y reflexión histórica. We Didn’t Start the Fire no fue solo una canción de moda, fue un espejo donde se reflejó la frustración de toda una generación. Aún hoy, sigue encendiendo debates sobre la responsabilidad heredada y el peso del pasado.
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