El 9 de septiembre de 1997, Incubus lanzó S.C.I.E.N.C.E., su segundo álbum de estudio y uno de los más arriesgados y explosivos de su carrera.
Con este trabajo, la banda californiana comenzó a forjar una identidad propia. Lo hicieron en medio de la efervescencia del nu-metal, pero evitando quedar atrapada en etiquetas. Lograron esto al mezclar funk, metal alternativo, hip hop, jazz e incluso elementos psicodélicos.
La continuación de unos orígenes humildes
Tras un debut independiente (Fungus Amongus, 1995) que los posicionó como una propuesta curiosa dentro de la escena local, S.C.I.E.N.C.E. representó su verdadero salto al mapa del rock alternativo internacional. Con apenas veinte años de edad, Brandon Boyd ya mostraba una versatilidad vocal que iba del canto melódico al rap y los gritos desgarrados. Estaba acompañado por el virtuosismo de Mike Einziger en la guitarra y la potencia rítmica de José Pasillas en la batería. A este núcleo se sumaban la creatividad de DJ Lyfe en los scratches y samples, y el bajo funky de Dirk Lance. Estos últimos aportaban un sello distintivo.
El álbum destacó por canciones como «A Certain Shade of Green». Esta fue un clásico frenético que se convirtió en favorito de sus conciertos; «Vitamin», con su explosión rítmica inicial; y «New Skin», que sintetizaba la propuesta híbrida de la banda. También hubo espacio para la experimentación en piezas como «Summer Romance (Anti-Gravity Love Song)», una balada jazzy que sorprendió por su delicadeza dentro de un disco tan agresivo.
Antes de la grandeza
Aunque en su momento no tuvo un éxito masivo en ventas ni en rotación radial, S.C.I.E.N.C.E. fue ganando reconocimiento con los años. Se ha considerado un álbum de culto dentro del catálogo de Incubus. Su crudeza y eclecticismo lo diferencian de los trabajos posteriores de la banda, más pulidos y orientados al mainstream. Ejemplos son Make Yourself (1999) o Morning View (2001).
A 28 años de su publicación, S.C.I.E.N.C.E. se recuerda como la primera gran declaración artística de Incubus: un disco caótico, intenso y lleno de energía juvenil, que mostró el potencial de una banda dispuesta a romper moldes y experimentar sin miedo. Es, hasta hoy, uno de los favoritos de los fanáticos más fieles. También es una pieza clave para entender la evolución del rock alternativo de finales de los noventa.
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