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Room a Thousand Years Wide cumple 35 años: la caótica catarsis que creo el sonido de Soundgarden

Uno de los latigazos más fuerte que Badmotorfinger nos mostró en aquel 1991, fue alguna vez un simple single recopilatorio de Sub-pop.

Soundgarden Room A Thousand Years Wide

Badmotorfinger tiene que ser el punto de inflexión en la carrera de Soundgarden. Uno de sus discos más identificativos antes del estrellato con Superuknown en 1994. La banda ya era una veterana en la escena de Seattle, creada en 1984, les faltaban solo dos años para que cumplieran una década como referentes de la escena.

Prueba de su experiencia y fiato, fue que gracias al sello Sub-pop pudimos conocer un vistazo de lo que nos propondrían en su próximo Badmotorfinger, que en aquel entonces, solo era un rumor.

Un himno nacido por la frustración

A principio de los 90s, Soundgarden se encontraba en una de sus encrucijadas más grandes. El ver el masivo éxito de sus colegas como Nirvana con su Bleach de 1989 o de Pearl Jam con el aclamado Ten de 1990, los desmotivó. Casi 10 años haciendo un punk que combina lo under de Black Flag con los oscuros riffs de Black Sabbath se tornaba rutinario. Pero a pesar de esto, la banda no quería abandonar su nicho. En una entrevista, el guitarrista Kim Thayil mencionó: » Esa (1990) fue probablemente una de las épocas más turbulentas en la carrera de la banda. Hubo dificultades, pero creativamente nos impulsó a desarrollar actividades más intensas y arriesgadas, lo que a la larga fue muy beneficioso».

De esta crisis nació de su mano y con la ayuda de Matt Cameron: «Room A Thousand Years Wide». El tema inicia con un riff acechador y oscuro, que se acompaña por el intenso grito de Chris Cornell. Una de las diferencias con sus anteriores trabajos, es ir por una ruta más experimental que los alejo del punk, pero tampoco los acerco al metal.

Nace el sonido único de Soundgarden

Soundgarden finalmente había dado con un sonido único y difícil de descrifar (este gran paso sería beneficioso, como también arriesgado). Lo que fue la fórmula para el éxito que llego con Superunknown y que perfeccionó el ya clásico sonido de Badmotorfinger.

Kim Thayil explicó que el significado de la canción era uno filosófico y existencial: «En definitiva, trataban sobre la identidad como parte de una referencia a algo filosófico; extrapolando la idea de identidad y creando algo un poco más misterioso». Por otro lado, Thayil mencionó que en una llamada que sostuvo con Steve Fisk, productor musical de Seattle. Este le citó una película con las frases «el mañana engendra» (Tomorrow begins). La frase le gustó tanto al guitarrista que decidió incluirla en el estribillo final del tema. Donde se puede escuchar a un incesante Cornell gritar la frase mientras la banda se desmorona en caóticos fills.


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