Durante sus primeros 14 años y siete álbumes de estudio, Supertramp contó con la suerte de contar con dos compositores (y cantantes principales) muy diferentes y distintivos. Roger Hodgson era, en general, un buscador de hippies, de espíritu generoso y esperanzado. Rick Davies, quien falleció el sábado a los 81 años, fue su contrapunto, más terrenal, con los pies en la tierra y, bueno, a veces más gruñón, pero de una manera que funcionaba en conjunto con su antiguo compañero de banda.
Davies, nacido en Gran Bretaña y residente en East Hampton, Nueva York, al momento de su muerte, era tan apasionado por el R&B, el blues y el jazz como por el rock y la ópera. Empezó con la batería antes de pasarse a los teclados. Tenía una banda universitaria que incluía a un joven Gilbert O’Sullivan. Él y Hodgson se conocieron a través de un anuncio que Davies publicó en Melody Maker. Reestructuraron la banda tras sus dos primeros álbumes. Y la guiaron a través de un período «clásico» que duró desde «Crime of the Century» de 1974 hasta «Famous Last Words…» en 1982. Incluyendo el cuádruple disco de platino «Breakfast in America» en 1979.
Davies continuó guiando a Supertramp tras la marcha de Hodgson en 1983. Grabaron otros cuatro álbumes y realizaron giras esporádicas hasta 2012. Una gira prevista para 2015 se canceló debido a problemas de salud de Davies, aunque actuó con su propia banda, Ricky and the Rockets, en octubre de 2024 en Long Island. Su fallecimiento, como el de tantos otros antes, nos brinda la oportunidad de hacer una pausa y apreciar el trabajo de Rick Davies, incluyendo la selección de la radio del rock con sus 10 mejores canciones en Supertramp.
Bloody Well Right
La otra cara del sencillo «Dreamer» se convirtió en un favorito de la radio rock con la extensa introducción de piano de Rick Davies, con aires de jazz, que da paso a los punzantes riffs de guitarra eléctrica de Hodgson y un arreglo que se desliza entre el hard rock y el music hall, con lo que podría considerarse el solo de saxo más memorable de Helliwell. La letra, en cierto modo, se extiende más allá de la canción anterior, «School», y examina cómo las desigualdades del sistema educativo británico, descritas en esa canción, impactan a la sociedad en general. Es un tema noble, pero que no empaña en absoluto una canción emblemática.
Goodbye Stranger
El sencillo de Rick Davies, que alcanzó el puesto más alto en las listas (n.° 15 en el Billboard Hot 100), es juguetón y engañosamente ligero, mientras su protagonista sale por la puerta (no se especifica si es frontal o posterior) tras lo que presumimos es un flirteo romántico. «Debo seguir adelante», declara, y la canción sí que avanza, con un estribillo que ostenta el falsete y un arreglo con flujo y reflujo que culmina en un apasionado solo de guitarra de Hodgson y un bajo feroz de Dougie Thomson.
Ain’t Nobody But Me
Rick Davies parecía estar en un estado de crisis, por así decirlo, esta vez, y al igual que «Another Man’s Woman», esta canción trata sobre el engaño y cierta desesperación, incluso cuando promete «mentir por ti» y «morir por ti». Interpreta al Jekyll y Hyde al que hace referencia en la letra de forma convincente, y la canción tiene la teatralidad de un lamento amoroso en el segundo acto.
Cannonball
El sonido que Supertramp pretendía sonar fue respondido con este sencillo principal del primer álbum del grupo sin Roger Hodgson. Aunque tiene un marcado sabor ochentero, se desarrolla con un ritmo blues jazzero que permite a Rick Davies extenderse en los teclados y le da a Helliwell amplio espacio para la exposición, incluyendo una cita de «Topsy» de Count Basie durante el outro de la (muy recomendable) versión del álbum. Muchos pensaron que cantaba sobre Hodgson con sentimientos como «Me estoy lavando las manos contigo/¿Cómo pudiste ser tan falso?», pero Davies posteriormente sostuvo que su objetivo era en realidad un promotor de conciertos que lo había perjudicado. Si él lo dice…
My Kind of Lady
De una manera diferente a todo lo que Rick Davies había escrito y grabado para Supertramp hasta ese momento: una canción de amor sin conflicto en la que declara: «Sabes que te amaré hasta el final/Cuando los tiempos se pongan difíciles, sonreiremos y cantaremos» en un arreglo clásico de doo-wop que también muestra su falsete. El video de la canción también marcó el «debut» del cuarteto en el que se convertiría Supertramp, ya que Roger Hodgson, quien se marcha, no está presente en la sesión.
From Now On
Hay cierta suntuosidad en la forma en que Rick Davies deja que este tema se desenvuelva a lo largo de casi seis minutos y medio, un viaje lánguido cuya dinámica discreta se ve reforzada por un amplio espacio sonoro, una de las mejores interpretaciones vocales de Davies y una palpable sensación de añoranza que conduce a un ejercicio de llamada y respuesta tan resignado como jamás habrás escuchado. Todo eso, y un agradable descanso de saxo de Helliwell, ideal para los clubes de jazz más llenos de humo.
Crime of the Century
Rick Davies no necesita muchas palabras para expresar su punto de vista sobre la canción que da título al álbum revelación de Supertramp: «¿Quiénes son estos hombres de lujuria, avaricia y gloria?/Quítense las máscaras y veamos», canta en un tema con inquietantes aplicaciones para la actualidad. Además, es apropiadamente dramático, un tono premonitorio, al estilo de Broadway, cuyo largo outro instrumental encaja con lo mejor del progresivo británico de los 70.
Just Another Nervous Wreck
Eclipsada por los grandes éxitos de «Breakfast In America», esta es otra joya melódica que arranca con el característico tono de piano de Supertramp (un primo cercano a «Goodbye Stranger», de hecho) y Rick Davies exhortando a sus oyentes a «importarse» y «luchar mientras puedan» a medida que la canción adquiere un fervor con sabor gospel. Una grata recompensa para quienes escucharon el álbum completo.
Another Man’s Woman
La versión de Rick Davies de una canción infiel al estilo blues de Luisiana: más pulida y sofisticada, por supuesto, pero aún llena de la angustia de alguien que hace algo mal, sabe que lo hace y que se las verá pagar, pero lo hace de todos modos, con una sonrisa y un guiño pícaros. El tema es genial, y fíjense en la referencia del estribillo a «your cannonball comin'» una década antes de que «Cannonball» saliera.
It’s A Hard World
Gran parte de la producción de Supertramp posterior a Hodgson ha sido eclipsada por lo anterior, pero esta canción que abre el décimo álbum de estudio del grupo merece ser redescubierta. Con casi 10 minutos de duración, es una pieza épica, comenzando con un intercambio de bajo y piano antes de desembocar en un ritmo sobrio y un arreglo en constante expansión que la llevó a través de los sentimientos de desafiante determinación de Rick Davies. Trece años después de la separación de Hodgson, nos imaginamos a Davies volviendo a plantar su bandera mientras canta: «Rechazos, he tenido algunos/Le pasa a los mejores, no es nada nuevo/Aún sigo arrasando/Será un gran avance cualquier día».
