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Mechanical Animals, el salto glam y alienígena de Marilyn Manson a 27 años de su lanzamiento

En septiembre de 1998, El enigmático músico lanzó su tercer álbum de estudio, uno que abrazaba aún más sus raíces bizarras.

Marilyn Manson

El 15 de septiembre de 1998, Marilyn Manson dejó atrás la oscuridad industrial y satánica que había definido su nombre en la cultura popular. Se reinventó con su tercer álbum de estudio, Mechanical Animals.

Tras el éxito y la polémica de Antichrist Superstar (1996), el reverendo del shock se transformó en una criatura alienígena llamada Omega. Esta fue la protagonista de una ópera glam futurista que bebía del legado de David Bowie, especialmente de Ziggy Stardust. Sin embargo, estaba pasada por el filtro ácido y decadente de los noventa.

La metamorfosis de Manson

Con Mechanical Animals, Manson sorprendió a fans y críticos al teñir su propuesta de sonidos glam rock, guitarras melódicas y sintetizadores brillantes. Así, dejó en pausa los riffs industriales pesados que lo habían encumbrado en el metal alternativo. La figura de Omega (andrógeno, extraterrestre, ambiguo) fue el eje conceptual del disco. Representó el rostro de una estética que exploraba la alienación y la superficialidad.

El álbum abrió con Great Big White World. Este es un tema atmosférico y casi etéreo que dejaba claro que Manson estaba dispuesto a expandir su horizonte musical. Canciones como The Dope Show lo consolidaron en la radio y MTV con un riff pegajoso y una letra que criticaba la banalidad de la fama. Mientras tanto, I Don’t Like the Drugs (But the Drugs Like Me) empujaba el sarcasmo a lo bailable. Incluía coros gospel que contrastaban con su mensaje nihilista.

Más allá de sus hits, Mechanical Animals exploró múltiples texturas. Por ejemplo, la melancolía alienígena de Coma White y la crudeza de Rock is Dead (que termina sonando en The Matrix). También la sensualidad sintética de User Friendly y el aire cósmico de Disassociative. El disco transitaba entre lo íntimo y lo expansivo. Así combinaba el glam heredado de los 70 y la distorsión industrial de los 90.

Impacto y legado

En su momento, Mechanical Animals polarizó. Muchos esperaban otro disco oscuro y demoníaco como Antichrist Superstar. Sin embargo, Manson ofreció un álbum melódico, glamuroso y más accesible. A pesar de eso, no abandonó su filo crítico. Hoy, con 27 años de distancia, se lo reconoce como una de sus obras más ambiciosas y sofisticadas. Se considera un puente entre el metal alternativo y el pop decadente. Además, retrató el cambio de era cultural.

Mechanical Animals sigue brillando como una rareza en la discografía de Marilyn Manson. Es un trabajo donde el monstruo del shock rock se transformó en estrella alienígena. Así reveló que, bajo el maquillaje y la provocación, su mayor virtud siempre fue ser un espejo de los excesos y vacíos de su tiempo. A 27 años de su publicación, el disco no solo resiste, sino que reafirma que Manson entendió, como pocos, el arte de mutar sin dejar de incomodar.


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