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Living Colour y “Shades”: 8 años de un regreso con fuerza y conciencia

Living Colour es una de las bandas infravaloradas más espectaculares que han nacido de la gran manzana de Estados Unidos.

Living Colour

El 8 de septiembre de 2017, Living Colour publicó Shades, su octavo álbum de estudio. Este marcó su esperado regreso tras ocho años de silencio discográfico desde The Chair in the Doorway en 2009.

Este retorno no fue simplemente una excusa para volver a girar. Fue una declaración artística en un contexto político y social cargado de tensiones raciales, violencia y polarización en Estados Unidos, algo que Living Colour siempre ha sabido capturar en su música.

La constante reinvención de una banda cultural

Desde sus inicios, Living Colour se ha caracterizado por su capacidad de fusionar estilos. Estos van del hard rock y metal al funk, blues, jazz, hip hop e incluso reggae. También se destacan por su compromiso con la denuncia social y política. En Shades, la banda retoma ese mismo espíritu. Con él, construyen un álbum donde la energía musical va de la mano con un fuerte discurso crítico frente a la realidad contemporánea.

En lo musical, el disco se muestra poderoso y diverso. Vernon Reid aporta riffs intensos y creativos. Mientras, la voz de Corey Glover mantiene intacta su fuerza expresiva. Logra transmitir tanto rabia como vulnerabilidad. Doug Wimbish en el bajo y Will Calhoun en la batería completan una base rítmica sólida y flexible. Esta le da al álbum un dinamismo particular. Entre los momentos más destacados se encuentran «Freedom of Expression (F.O.X.)», un himno contra la censura y la polarización. También «Program», una crítica directa a la manipulación mediática. Además, «Preachin’ Blues», una versión del clásico de Robert Johnson que enlaza la tradición del blues con la actualidad. Por último, la reinterpretación de «Who Shot Ya» de The Notorious B.I.G., transformada en una denuncia contra la violencia armada y el racismo estructural.

Aunque no alcanzó el nivel de repercusión comercial de discos como Vivid (1988) o Time’s Up (1990), Shades fue recibido con respeto y entusiasmo tanto por la crítica especializada como por sus seguidores. Más que un regreso nostálgico, el álbum confirmó la vigencia de la banda. Living Colour demostró que sigue teniendo mucho por decir y cuyo mensaje conserva relevancia.

A ocho años de su publicación, Shades se valora como una obra madura y comprometida. Demuestra la capacidad del grupo para mantenerse fiel a su esencia sin perder conexión con el presente. Living Colour regresó para recordarnos que el rock, cuando se mezcla con conciencia social y diversidad musical, sigue siendo una herramienta poderosa de expresión y resistencia.


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