En junio de 1986, el fotógrafo Jorge Brantmayer fue contratado por el sello discográfico EMI. Su tarea era asesorar a una joven banda que había provocado un profundo impacto en el país gracias a su LP La Voz de los 80. El objetivo de Brantmayer era encontrar la imagen adecuada para la portada del segundo proyecto de Los Prisioneros: Pateando Piedras.
La sesión de fotos terminó convirtiéndose en un registro icónico. Una de esas imágenes, que durante años se creyó perdida, fue finalmente publicada por el propio Brantmayer a través de sus canales oficiales.
En dicha publicación, el fotógrafo comentó:
«Cuando todo parecía perdido y los originales extraviados desde hace años (quizás en las oficinas de EMI o en lo de Carlos Fonseca, quién sabe), reaparece en mi archivo esta imagen de la misma serie. Los chiquillos que sacudieron la música chilena en el metro».
La fotografía muestra al trío de San Miguel de pie en medio de un vagón lleno de pasajeros. Esta es una estampa muy distinta a la imagen más aislada y desafiante que caracteriza la portada oficial del segundo LP de Los Prisioneros.
¿Cómo se llevó a cabo la sesión de fotos de Pateando Piedras?
Durante 2019, Brantmayer conversó con La Tercera y detalló como ocurrió aquella sesión de fotos. En aquella ocasión, pensó en realizar la sesión en fábricas e industrias, para vincularla con el tema que abre el disco, Muevan las Industrias. Sin embargo, los músicos preferían explorar otros espacios, buscando una atmósfera más cotidiana y lo más alejada posible de lo comercial.
De regreso a la casa de Jorge González en San Miguel, el grupo y el fotógrafo tomaron el metro. Fue durante esos momentos en los andenes y vagones cuando Brantmayer capturó la imagen. Con el tiempo, esta se convertiría en parte fundamental del imaginario de la banda.
De entre decenas de tomas de aquel día, el consenso final recayó en la icónica portada que hoy distingue a Pateando Piedras.
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