Vuelve a Chile un maestro, el gran Pat Metheny se reencuentra con el público nacional en una serie de conciertos que dará en el Teatro Nescafé de las Artes, el 4, 5, 6 y 7 de septiembre. Lo hace con su gira MoonDial/Dream Box Tour, centrada en sus últimos discos “MoonDial” y “Dream Box”.
Una experiencia novedosa y distinta para ver su música en vivo. Ya están agotadas las tres primeras fechas y quedan las últimas para el día 7 (por Ticketmaster), por lo tanto ante tanta expectativa nos comunicamos con el mismísimo Pat para que nos diera unas palabras sobre su presente y lo que trae esta vez.
-¡Hola Pat! La gira «MoonDial/Dream Box Tour» es una experiencia única, un auténtico espectáculo en solitario. ¿Qué significa para ti poder presentar tu música de esta manera?
-¡Hola! Pues tienes razón, es algo completamente diferente para mí. Nunca había hecho una gira como esta y ha sido una experiencia increíble, debo decirlo. Al principio solo iban a ser 40 o 50 conciertos. Para cuando llegue, serán casi 200. Es algo que se ha corrido la voz y la gente ha hablado maravillas de él, es algo único. Y, tienes razón, en cuanto al nombre, se basa en estos lanzamientos recientes. Pero, bueno, resulta que, sin darme cuenta, a lo largo de los años he hecho muchos discos y presentaciones diferentes donde solo he estado yo. Así que estoy aprovechando esta oportunidad para explorar todas esas cosas diferentes. La noche es bastante variada y, bueno, vale la pena decirlo, incluso para mí, es como si viera a alguien tocando la guitarra solista, y pienso: «Caramba, no sé si quiero, si puedo aguantar dos horas tocando la guitarra solista». Es decir, esto es algo así, pero al mismo tiempo, es algo más que eso, porque hay muchísimas cosas diferentes que suceden en el proceso. Siempre soy solo yo, pero hay muchas cosas posibles con solo estar ahí. He intentado crear un set que las abarque todas. Y creo que es una noche en la que puedo hablar de los aproximadamente 180 conciertos que ya he dado. Parece que a la gente le gusta mucho. Así que me alegra mucho tener la oportunidad de compartirlo con ustedes.
-El álbum «Dream Box» fue el resultado de un trabajo realizado durante una gira, por lo que tiene inspiraciones muy diversas. ¿Cómo conseguiste encontrar la unidad necesaria para convertirlo en un álbum?
-Ahí tengo que hacer una pequeña corrección. El proyecto “Dreambox” fue algo extraño para mí porque escribo mucha música y casi nunca la escucho. Me gusta componer una melodía. Hago una maqueta. Toco un poco si tengo oportunidad de improvisar. Y luego, como que los guardé. Tenía una carpeta con docenas y docenas de estas cosas. Y entonces, en cierto momento, pensé: bueno, quizá debería escuchar algunas de ellas. Me encontré volviendo una y otra vez a ocho o nueve de ellos. Ni siquiera recuerdo cuándo lo hice. Supongo que, si me resulta tan atractivo como para querer escucharlo una y otra vez, quizás alguien más también lo haga. Ese fue el resultado de lanzar ese disco. Es un disco único para mí, ya que es solo guitarra eléctrica, pero tocado a un nivel en el que la forma de tocar ha sido fundamental. Es un documento que, en mi opinión, refleja mi interés por la dinámica, el fraseo y los elementos inherentes a mi forma de tocar, que se reflejan en el disco de tal manera que se pueden encontrar momentos que muestran esa intención. Pero se trata de eso. “Moondial” es algo muy diferente, y creo que se parece un poco más a lo que preguntas, ya que nunca he grabado un disco en medio de una gira, teniendo unos días libres, entro en un estudio de grabación, grabo un disco completo con un solo instrumento y listo.
-Gracias por la aclaración. En «MoonDial», la guitarra fabricada especialmente por Linda Manzer desempeña un papel protagonista. ¿Cómo te ayudó esto a explorar sonidos que no habías explorado antes?
-Recientemente descubrí la posibilidad de tener una guitarra barítona con cuerdas de nailon, lo que me abrió un mundo completamente nuevo. Había tenido un instrumento así, pero nunca encontraba las cuerdas adecuadas. Y, bueno, una vez que lo encontré, me fascinó lo que podría ser. Durante la gira, me lo llevaba a casa después del concierto y lo tocaba unas horas más, calentándolo un par de horas cada día. Y entonces pensé: «Bueno, ya que esto es así y tan nuevo para mí, debería grabarlo». Así que eso hice, y ese fue el disco de “Moondial”. La gira ha continuado desde entonces. No sé si ninguno de nosotros planeó que durara tanto tiempo, pero es genial que ese disco ya esté disponible, y que yo siga en la misma gira, y que ahora forme parte de todo.
-Con más de 40 años tocando música, ¿qué significa para ti poder seguir descubriendo cosas, nuevas formas de tocar, nuevos sonidos, nuevos formatos de conciertos en directo?
-Sobre todo, me siento muy afortunado. Es un privilegio para mí tener esta oportunidad de vivir plenamente como músico, seguir adelante, seguir trabajando en la música y seguir intentando comprender qué es realmente la música. Y, como creo que le pasó a la mayoría de mis colegas, me hice músico porque soy aficionado a la música. O sea, siento que es un aspecto fascinante de nuestra experiencia compartida, estar aquí, y es algo único en la vida. Es incomparable. ¿Qué es? ¿Qué es la música? No la puedes ver, tocar ni oler, pero entras en una habitación y alguien toca bien, y, vaya, lo sabes. Es una forma de ser muy interesante. Mi principal conclusión es que estoy muy, muy, muy feliz de ser músico.
-Finalmente, ¿con qué mentalidad debemos acudir a este concierto? ¿Se lo recomendarías a alguien que no esté necesariamente familiarizado con el jazz o la música fusión?
-De hecho, me sorprende un poco que sea un concierto realmente bueno para quienes no están familiarizados con mi estilo ni con nada en este ámbito musical en general. Porque es difícil describir lo que sucede en esa presentación, ya que incluye muchas cosas y, sabes, no es unidimensional en cuanto al sonido. Hay muchos tipos de guitarras diferentes representados, cada uno con su propia onda. Pero más allá de eso, me siento como una banda, aunque solo sea yo, porque son los mismos elementos que considero importantes en cualquier tipo de concierto, ni siquiera en cualquier contexto narrativo y expositivo. Son elementos centrales en lo que intento hacer, y que se revelan quizás de una manera más obvia, porque solo soy yo, que si estuviera con un baterista y un bajista y hubiera un montón de cosas sucediendo. Así que mi experiencia observando al público durante los últimos dos años que llevo haciendo esto, es que a menudo quienes no esperaban ser los primeros en la presentación son quienes, al volver después, se entusiasman más con la velada. Así que sí, realmente invito a que venga gente que quizá no sepa nada sobre esta música o sobre mí o cualquier otra cosa, y puedo decir casi con seguridad que pasarán una velada que recordarán.