El 2 de septiembre de 2008, Metallica estrenó «Cyanide», uno de los singles que antecedieron al esperado álbum Death Magnetic.
Para muchos, esta canción significó la confirmación de que la banda estaba dejando atrás las polémicas sonoras de los años 2000 y retomando el camino que los había convertido en referentes del thrash metal.
Un regreso con hambre
Después de los cuestionamientos a St. Anger (2003), Metallica estaba bajo la lupa. El anuncio de Death Magnetic y sus primeros adelantos generaron expectativas, pero fue «Cyanide» el que realmente encendió el debate. Con un riff denso y afilado, un groove cargado de oscuridad y la voz de James Hetfield en modo agresivo, el tema mostraba a una banda rejuvenecida, ansiosa por reivindicarse frente a sus detractores. La canción fue mostrada al público por primera vez en el Ozzfest de aquel año, la recepción fue mixta. Sin embargo, es algo de esperar para una canción primeriza en la audiencia
La estructura de la canción es un guiño al pasado. Una velocidad controlada, cambios de ritmo y un puente instrumental que recuerda a los años de …And Justice for All. Sin embargo, también se nota la producción moderna de Rick Rubin, que aportó un sonido más claro y potente, acercando a Metallica a una estética contemporánea sin perder su esencia.
Su nueva atmosfera y recepción
«Cyanide» se mueve en un terreno lúgubre, con referencias explícitas a la muerte, el suicidio y la obsesión por la autodestrucción. Hetfield escribe en clave directa y oscura, sin metáforas innecesarias: es un tema que explora el peso de la mortalidad, transmitiendo esa sensación de estar atrapado en una espiral sin salida. La línea del bajo de Robert Trujillo aporta un aire siniestro y profundo, reforzando la atmósfera opresiva del track.
El single tuvo una recepción entusiasta por gran parte de los fans, quienes vieron en él la prueba de que Metallica volvía a tomarse en serio el metal tras años de experimentación irregular. Si bien algunos críticos señalaron que no alcanzaba la complejidad de los clásicos de los 80. La mayoría coincidió en que «Cyanide» capturaba con eficacia el espíritu de la banda en su nueva etapa.
Con el paso del tiempo, la canción se ha consolidado como uno de los momentos más sólidos de Death Magnetic, siendo parte fija de los setlists de la gira de promoción. Para muchos, sigue siendo la muestra de que Metallica aún podía sonar agresiva y relevante más de dos décadas después de su formación.
