El 27 de septiembre de 1999, Sting publicaba Brand New Day, su sexto álbum solista desde la separación de The Police. En un panorama musical dominado por el pop adolescente y el auge del hip hop, el cantautor británico apostó por un disco profundamente diverso. En él, fusionaba ritmos globales, instrumentación poco convencional y letras cargadas de espiritualidad y reflexión.
Lo que parecía un experimento arriesgado terminó siendo un renacer artístico y comercial para Sting. Este le devolvió a lo más alto de las listas y le otorgó reconocimientos clave que definieron el cierre de la década.
Un álbum inspirado en el sonido de medio oriente
El gran catalizador del álbum fue «Desert Rose», sencillo en el que Sting se unió al cantante argelino Cheb Mami, figura esencial del género raï. La canción, construida sobre una base pop etérea con tintes electrónicos, se transformó gracias a los melismas de Mami en un viaje sonoro. Este conectaba Occidente con Medio Oriente. En entrevistas de la época, Sting explicó su motivación: “Siempre me ha interesado la música como lenguaje universal. Quería explorar sonidos que no fueran estrictamente occidentales. Con Cheb Mami encontramos una energía mágica. No parecía una colaboración forzada, sino algo natural.»
Desert Rose, el fenómeno
Por su parte, Cheb Mami reconocía lo inesperado de la propuesta: «Cuando Sting me invitó, no lo podía creer. Para mí era una oportunidad de mostrar la música árabe a una audiencia global. Fue un puente cultural que todavía me enorgullece.» El tema se convirtió en un fenómeno internacional. Su videoclip, rodado en el desierto de Las Vegas y acompañado por una famosa campaña publicitaria de Jaguar, lo impulsó aún más hacia el éxito masivo. Sin embargo, Brand New Day no se limitó a la fórmula de un solo hit. En cambio, desplegó una paleta sonora ambiciosa.
Desde el arranque con «A Thousand Years», el álbum establece un tono casi místico. Esto se logra con líneas de bajo hipnóticas y un aire oriental que conecta con la búsqueda espiritual de Sting en esos años. Otros cortes muestran su versatilidad: «Big Lie Small World» se impregna de bossa nova. «Perfect Love…Gone Wrong» mezcla jazz contemporáneo con un inesperado rap en su sección final. La canción homonima, Brand New Day, se apoya en un groove optimista reforzado por la armonica de Stevie Wonder. Esto aportaba un aire luminoso y lleno de esperanza.
El impacto del álbum fue inmediato. Vendió millones de copias a nivel global. Además, le otorgó a Sting su tercer Grammy a Mejor Interpretación Vocal Pop Masculina gracias a la canción «Brand New Day». El LP completo ganó el Grammy a Mejor Álbum Pop Vocal en el año 2000. Esto confirmaba su alcance. El propio Sting resumió ese momento como un verdadero renacimiento: «Había quien pensaba que mi carrera ya había tocado techo. Con este álbum demostré, primero a mí mismo, que aún tenía mucho que decir y explorar.»
El renacer de un artista ya consagrado
Curiosamente, la crítica inicial fue algo dividida. Algunos medios lo consideraron demasiado ambicioso. Dijeron que las influencias dispersas podían dar la sensación de eclecticismo excesivo. Sin embargo, el paso del tiempo ha jugado a favor de Brand New Day. Hoy se lo reconoce como uno de los discos más sólidos de Sting en solitario. Un trabajo que no solo abrazó la globalización sonora, sino que la adelantó. En retrospectiva, Brand New Day definió a Sting como un artista global, más allá de las etiquetas de rock o pop. Esto abrió puertas a futuros proyectos dentro de la música mundial.
A 25 años de su estreno, Brand New Day sigue siendo recordado no solo por el éxito universal de Desert Rose, sino también como un manifiesto artístico de reinvención. Fue un disco que probó que Sting podía seguir innovando después de décadas de trayectoria. Además, lo colocó una vez más en el centro de la conversación musical mundial. Más que un simple regreso, fue la confirmación de que Sting aún tenía un “nuevo día” por delante.