El 22 de septiembre de 1998, la escena del metal recibió una de sus propuestas más originales y arriesgadas: Apocalyptica lanzaba su segundo álbum, Inquisition Symphony.
La banda finlandesa, formada por chelistas de formación clásica, se había dado a conocer dos años antes con Plays Metallica by Four Cellos (1996). Este fue un debut sorprendente que versionaba exclusivamente a la banda de James Hetfield y compañía. Sin embargo, este nuevo trabajo marcó un paso decisivo en su evolución. Dejarían de ser «la curiosidad que tocaba covers» para convertirse en un proyecto artístico con identidad propia.
Abandonando los covers y adentrándose en la composición
Inquisition Symphony mantuvo la esencia de reinterpretar el metal desde los chelos, pero amplió considerablemente su alcance. El disco incluyó versiones de Metallica (For Whom the Bell Tolls, Fade to Black). Además, se atrevió con otras leyendas como Pantera (Domination), Sepultura (la canción que da título al álbum, Inquisition Symphony) y Faith No More (From Out of Nowhere). La variedad de elecciones mostraba que Apocalyptica no solo reverenciaba a un grupo. Además, abrazaba toda la cultura del metal en sus distintas vertientes.
Lo más importante es que Inquisition Symphony fue el primer álbum donde el grupo introdujo composiciones originales, como Toreador y Harmageddon. Esto demostró que su propuesta podía ir más allá de los covers. Estos temas marcaron el inicio de un camino que, con el tiempo, los llevaría a consolidarse. Así se volvieron pioneros del cello metal, fusionando música clásica con la agresividad del rock y el metal.
El disco recibió elogios tanto de la crítica como de la audiencia, sorprendida por la manera en que los chelos podían reproducir con fidelidad la fuerza de las guitarras distorsionadas. Además, no perdían un aire dramático y sofisticado. Con Inquisition Symphony, Apocalyptica dejó de ser una anécdota curiosa. Comenzaron a construir el prestigio que hasta hoy los acompaña como una de las propuestas más singulares del metal contemporáneo.
A 27 años de su estreno, Inquisition Symphony sigue siendo un álbum fundamental, no solo en la historia de la banda, sino en la experimentación dentro del metal. Fue el punto en el que Apocalyptica demostró que podían trascender las etiquetas. Además, lograron reinventar el género desde una mirada única: la potencia del metal interpretada con la elegancia de la música de cámara.