El 8 de septiembre de 2014, Robert Plant lanzó Lullaby and… The Ceaseless Roar, su décimo álbum de estudio como solista. A once años de su publicación, el disco se sigue recordando como una de las obras más introspectivas y personales del ex vocalista de Led Zeppelin.
Un trabajo donde la experimentación, la fusión cultural y la melancolía se mezclan en un viaje sonoro. Este confirmó la inquietud artística de Plant, lejos de la sombra de su legendaria banda.
La evolución de una leyenda consagrada
Acompañado por The Sensational Space Shifters, Plant desarrolló un sonido que combina folk británico, blues, world music y toques electrónicos. Así, creó un paisaje musical tan diverso como coherente. El álbum se siente como una exploración íntima de sus raíces y, a la vez, como una ventana hacia nuevas búsquedas. Canciones como «Rainbow», «Little Maggie» y «Turn It Up» muestran la madurez de un artista. Este ya no busca demostrar poderío vocal, sino transmitir emociones profundas a través de la textura de su voz y de una instrumentación rica en matices.
El contexto de Lullaby and… The Ceaseless Roar estuvo marcado. La pérdida personal y las reflexiones sobre el paso del tiempo otorgan al disco un aire contemplativo y espiritual. Plant no se limita a mirar atrás con nostalgia; más bien, abraza el presente y proyecta su música hacia territorios inexplorados. Este es un rasgo que ha definido toda su carrera solista.
En su momento, el álbum fue recibido con entusiasmo por la crítica. Destacaron tanto su producción cuidada como su capacidad de reimaginar el legado del folk y el rock en clave contemporánea. Más que un regreso, fue una reafirmación de que Plant seguía en constante movimiento, lejos de repetirse o de encasillarse.
Hoy, al cumplirse 11 años de su publicación, Lullaby and… The Ceaseless Roar no solo se revisita como un punto alto en la carrera solista de Robert Plant, sino también como un preámbulo para lo que vendrá. Con el anuncio de su próximo LP junto a Saving Grace, el aniversario cobra un nuevo sentido. Este es el de mirar hacia atrás para entender cómo Plant ha sabido construir un camino coherente de búsqueda y evolución, siempre fiel a la exploración y al riesgo creativo.
