En la edición 2022 de Lollapalooza Chile, Turnstile llegó casi como un secreto a voces: una banda que ya venía revolucionando la escena hardcore estadounidense, pero que aún era desconocida para muchos asistentes. El grupo de Baltimore aterrizó con Glow On, un disco que había desatado elogios en la crítica por su capacidad de romper moldes. Mezclando la agresividad del hardcore con texturas melódicas, sintetizadores inesperados y un aura de celebración colectiva.
Lo que ocurrió en el escenario fue explosivo: un show breve, pero incendiario, con Brendan Yates corriendo y saltando como si el escenario fuera demasiado pequeño para tanta energía. El público chileno respondió con coros improvisados y una intensidad que convirtió la presentación en uno de los momentos más comentados del evento.
Un debut grato en Chile
Aquel debut tuvo algo especial: no solo fue la llegada de Turnstile a Chile, sino también la confirmación de que su música, lejos de ser un nicho, tenía el poder de conectar transversalmente. El caos organizado de la banda generó un ambiente donde la catarsis y la alegría se fundieron. Entre riffs potentes, melodías inesperadamente dulces y esa vibra positiva que los distingue del resto del hardcore. Turnstile logró que miles de personas, muchas de ellas viéndolos por primera vez, se sintieran parte de una misma celebración.
Tres años después, el panorama es distinto. Turnstile ya no es «la sorpresa»; es una de las bandas más influyentes de su género, con un reconocimiento global que los llevó a tocar en festivales masivos, colaborar con artistas de otros géneros y consolidarse como referentes de la renovación del hardcore contemporáneo. Ahora vuelven a Lollapalooza Chile 2025 con un nuevo desafío: presentar Never Enough, su más reciente álbum. Que se aleja aún más de su hardocore punk que los vio nacer, pero expande aún más su propuesta. Incorporando matices que demuestran una banda en constante movimiento creativo.
Un regreso con especulaciones y expectativas
El regreso genera expectativas altas. Quienes vivieron ese show del 2022 saben que Turnstile no necesita pantallas gigantes ni efectos para dejar una marca. Su fuerza está en la conexión directa con la audiencia, en la capacidad de transformar un set de festival en un ritual compartido. Y esta vez no solo traen un disco fresco bajo el brazo, sino también la experiencia de haber girado por el mundo entero, afinando un directo que ya era demoledor.
En un festival como Lollapalooza, donde conviven estilos y generaciones, Turnstile vuelve a ser una apuesta que promete marcar la diferencia. Mientras que en 2022 se ganaron al público chileno a punta de energía y autenticidad. En 2025, llegan con la misión de confirmar por qué hoy son una de las bandas más imprescindibles para entender hacia dónde puede ir el rock en el siglo XXI.
