El 8 de agosto de 1968 marcó el lanzamiento de “The Weight”, el single debut de The Band incluido en su emblemático álbum «Music from Big Pink«.
En una entrevista de 1995, Robbie Robertson confesó a Guitar Player que “The Weight” al principio se concibió como una melodía de reserva, un tema aceptable para reemplazar otro si este no funcionaba. Aun sin grandes expectativas, la canción cobró vida gracias a un cambio sutil en la instrumentación: la decisión de que Garth Hudson tocara el piano y Richard Manuel el órgano permitió que surgieran delicadas filigranas musicales —en especial el piano que eleva el coro a una intensidad casi espiritual— y, al escuchar la mezcla final, exclamaron: “Mierda, esta canción tiene algo”.
Finalmente, el resultado fue una pieza inolvidable. Una capaz de transmitir la carga emocional de los personajes que narran sus encuentros en una ciudad llamada “Nazareth”, inspirada tanto por el sello interior de una guitarra Martin (fabricada en Nazareth, Pensilvania), como por la influencia de los cineastas surrealistas Luis Buñuel e Ingmar Bergman.
Levon Helm, cuya voz da vida al viajero cansado en la canción, aportó al tema auténtica emotividad. Helm había regresado al grupo tras un periodo de introspección en el sur de Estados Unidos. Y trajo consigo esa sensibilidad que terminó siendo el corazón de “The Weight”.
No alcanzó los primeros lugares en las listas estadounidenses. Solo llegó al puesto 63 en Billboard. Pero la canción encontró un eco resonante más allá de los rankings. En Canadá llegó a la posición 35, y en el Reino Unido alcanzó la 21.
Más allá de su rendimiento comercial, “The Weight” se convirtió en un clásico que cubrieron muchos artistas. Jackie DeShannon lanzó una versión que llegó al número 55 en EE. UU. en 1968. Diana Ross, The Temptations, y especialmente Aretha Franklin —con Duane Allman en la guitarra— también obtuvieron versiones que llegaron a las listas. Con la versión de Franklin alcanzando el número 19 en EE. UU. en 1969.
El impacto cultural del clásico de The Band fue aún mayor. La canción apareció en «Easy Rider», símbolo del cine contracultural de finales de los años 60. Además, Rolling Stone la incluyó en su lista de las 500 Canciones Más Grandes de Todos los Tiempos, donde ocupa el puesto 41. También fue elegida entre las 500 Canciones que Formaron el Rock and Roll por el Rock and Roll Hall of Fame, y Pitchfork la situó como la 13.ª mejor canción de los años sesenta.
Un lanzamiento que parecía un relleno se convirtió en himno generacional. La humildad narrativa de su letra, la fusión de folk, country, gospel y rock, y la maestría interpretativa de The Band —Robertson, Helm, Danko, Hudson y Manuel— siguen conmoviendo. En cada “Take a load off, Fanny”, late la invitación a detenernos, a reconocer nuestras propias cargas y las que otros nos piden cargar.
Sigue a FUTURO.cl en Google Discover
Recibe nuestros contenidos directamente en tu feed.
Seguir en Google