El 28 de agosto de 2001, Slipknot lanzó Iowa, su segundo álbum de estudio, un trabajo que no solo consolidó su lugar como una de las bandas más extremas y disruptivas del mainstream. Si no que también se convirtió en una obra de culto dentro del metal moderno.
Si su debut homónimo de 1999 había puesto al grupo en el mapa con su propuesta caótica, agresiva y enmascarada. Iowa fue la materialización de un estado emocional aún más crudo: rabia, depresión y autodestrucción convertidas en música.
La rabia de unos jóvenes de Iowa condensada en un LP
El contexto que rodeó su creación explica parte de su intensidad. El éxito de su primer disco había disparado la fama de Slipknot de manera meteórica, pero al mismo tiempo generó tensiones internas, abuso de drogas y un desgaste emocional profundo. Corey Taylor, vocalista de la banda, ha descrito ese período como uno de los más oscuros de su vida. Mientras que el guitarrista Jim Root y el percusionista Shawn Crahan recordaron el proceso de grabación como una experiencia casi insoportable. Todo ese dolor, paranoia y furia terminaron cristalizados en un álbum que lleva el nombre del estado natal de la banda. Iowa es definitiva, un símbolo de sus raíces y de la crudeza que los definía.
Musicalmente, Iowa elevó la apuesta en todos los sentidos. Canciones como «People = Shit», «Disasterpiece» y «Left Behind» capturan la agresividad incontrolable de la banda, mezclando riffs abrasivos, baterías implacables y las voces desgarradas de Taylor, que oscilan entre el gruñido visceral y el canto melódico. El disco también incluye canciones como «My Plague», que logró visibilidad al aparecer en la banda sonora de Resident Evil (2002). Por otro lado, la extensa y perturbadora pista que da nombre al álbum, «Iowa», es una pieza de más de 15 minutos que se sumerge en la angustia más oscura y experimental.
«Iowa» fue demasiado fuerte para las masas
En su momento, la recepción fue polarizante. Para algunos críticos, Slipknot se había pasado de la raya en su brutalidad; para otros, habían firmado un manifiesto de honestidad y crudeza sin concesiones. Lo cierto es que Iowa alcanzó el puesto #3 en el Billboard y entró directo al número 1 en el Reino Unido. Mostrando que incluso en su faceta más extrema, la banda tenía un poder de convocatoria masivo. Con el tiempo, el disco se consolidó como una piedra angular del nu-metal, pero también como una de las producciones más feroces jamás publicadas por un grupo con alcance mundial.
Hoy, a 24 años de su lanzamiento, Iowa sigue siendo un recordatorio de que Slipknot nunca fue solo una banda de máscaras y caos visual. Fue, y sigue siendo, un colectivo dispuesto a exponer las heridas más profundas de la condición humana en su forma más ruidosa y visceral. Un álbum incómodo, devastador y esencial que mantiene su vigencia como testimonio de una era y de una banda que decidió enfrentarse a sus propios demonios a través del metal.
