Un 20 de agosto de 1948 nació en West Bromwich, Inglaterra, Robert Plant, una de las figuras más influyentes y emblemáticas en la historia del rock. Con el paso del tiempo, su nombre se ha consolidado no solo como el cantante de Led Zeppelin. Si no como un artista que redefinió lo que significa ser cantante dentro del género.
Hoy, al cumplir 77 años, el mundo celebra la vida y la carrera de un músico cuya voz se convirtió en símbolo de espiritualidad y fuerza desbordante:
El padre de las voces del rock
Robert Plant cambió para siempre el rol de la voz en el rock. Su capacidad de alcanzar notas altísimas, su versatilidad para navegar entre lo etéreo y lo salvaje, y su carisma arrollador sobre los escenarios lo transformaron en uno de los mejores vocalistas de todos los tiempos. Dentro de Led Zeppelin, Plant fue mucho más que un cantante: fue un intérprete capaz de transmitir misterio, poder y emoción pura. Acompañando los riffs de Jimmy Page, el bajo de John Paul Jones y la batería de John Bonham para dar forma a un sonido que revolucionó la música a finales de los años 60 y durante toda la década de los 70.
Su legado vocal está presente en algunas de las interpretaciones más icónicas de la historia del rock. En «Stairway to Heaven«, Plant despliega una de sus interpretaciones más profundas y enigmáticas, guiando a la audiencia en una experiencia casi espiritual. En «Immigrant Song», ese grito inicial se volvió una de las marcas más reconocibles del hard rock, condensando en segundos toda la potencia de su voz. «Whole Lotta Love» es otra joya donde la sensualidad y la fuerza se entremezclan en una actuación electrizante. Mientras que en «Since I’ve Been Loving You» deja ver su lado más vulnerable y lleno de sentimiento, un blues cantado desde el alma.
No se puede hablar de Robert Plant sin mencionar «Kashmir«, un tema monumental donde su interpretación vocal se mezcla con un misticismo hipnótico que lo convirtió en una de las canciones más celebradas de Led Zeppelin. En «Black Dog», Plant brilla con un despliegue de energía y picardía, creando uno de los himnos más dinámicos y contagiosos del catálogo de la banda.
Su leyenda no hizo más que crecer
Tras el fin de Led Zeppelin en 1980, Plant continuó construyendo un camino propio en solitario, experimentando con folk, blues, rock alternativo y world music. Su inquietud artística lo llevó a explorar sonidos nuevos sin abandonar nunca su esencia. Un ejemplo notable es su disco junto a Alison Krauss, Raising Sand (2007), que lo hizo ganador de múltiples premios Grammy y que confirmó su vigencia y capacidad de reinventarse.
Hoy, a sus 77 años, Robert Plant no solo es recordado como la voz de Led Zeppelin. Si no como un artista completo que sigue activo y que continúa inspirando a generaciones enteras de músicos y fanáticos. Su voz, cargada de emoción, energía y misticismo, sigue siendo un referente de lo que significa cantar con el alma.
El legado de Plant es, sin duda, uno inmortal. Un cantante que convirtió cada interpretación en una experiencia única y que, aun después de más de cinco décadas de carrera. Sigue siendo considerado como una de las voces más grandes que ha dado el rock.
