El 6 de agosto de 1945, a las 8:15 de la mañana, el cielo de Hiroshima se iluminó con un resplandor cegador. En cuestión de segundos, la ciudad japonesa fue arrasada por la bomba atómica «Little Boy», lanzada por el bombardero estadounidense Enola Gay.
Fue la primera vez en la historia que se utilizó un arma nuclear contra seres humanos, dejando un saldo inmediato de más de 70.000 muertos y decenas de miles de heridos, muchos de los cuales fallecerían por la radiación en los años posteriores. Esta devastación marcaría un antes y un después en la historia de la humanidad, abriendo la era nuclear bajo el horror de una tragedia sin precedentes:
El retrato de Nolan sobre el arma que cambió al mundo
Décadas después, el cineasta Christopher Nolan retomaría esta herida histórica desde una perspectiva distinta: la mente del hombre detrás de la bomba. Su thriller político «Oppenheimer» de 2023, no muestra los horrores directos de Hiroshima en pantalla, pero los convierte en un eco constante, un fantasma que atormenta la conciencia del físico J. Robert Oppenheimer, interpretado con intensidad por Cillian Murphy.
Cillian Murphy como Robert J Oppenheimer.
En el film, el instante del lanzamiento es una sombra que se proyecta sobre cada logro científico, cada reunión política y cada dilema moral. Nolan no retrata la ciudad destruida, pero nos hace escuchar los gritos en la mente de Oppenheimer, ver el polvo en los ojos de sus víctimas a través de su culpa, y sentir cómo la victoria se convierte en condena. La secuencia del aplauso tras el éxito del Proyecto Manhattan, interrumpida por alucinaciones de cuerpos carbonizados y ceniza, es quizá uno de los momentos más poderosos del cine reciente. En lugar de mostrar Hiroshima, Oppenheimer nos obliga a vivir con su peso.
Una reflexión sobre la responsabilidad de nuestras acciones
Este 6 de agosto, a 80 años del bombardeo, la película de Nolan cobra un nuevo sentido. Más allá de ser un retrato biográfico, funciona como una reflexión profunda sobre la responsabilidad científica, el costo humano del progreso y el trauma nacional que aún reverbera. Nos recuerda que la historia no solo se escribe en libros, sino también en la conciencia de quienes, voluntaria o involuntariamente, la moldean.
Hiroshima horas después de ser devastada por «Little Boy».
Esta película golpea aún más fuerte al conocer la realidad nuclear del mundo, las amenazas que constantemente nos envuelven y la fragilidad de una paz impuesta. El rostro decepcionado de Albert Einstein no solo culpa a Robert, sino que a nosotros también.
La bomba Zar desplegada por la Unión Soviética en 1961. Esta arma demostró ser 3,300 veces más potente que «Little Boy», convirtiéndose en el arma más peligrosa en ser detonada.
Volver a ver «Oppenheimer» en esta fecha no es solo una experiencia cinematográfica, sino una forma de conmemorar a las víctimas de Hiroshima desde una mirada crítica, introspectiva y necesaria. El cine no puede cambiar el pasado, pero sí puede ayudarnos a entenderlo mejor. Y en esa comprensión, quizás encontremos una razón más para que nunca se repita.
La cinta se encuentra actualmente en Amazon Prime y Apple TV.
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