Hablar de «peor a mejor» de Facelift es un reto casi imposible, porque todos los temas tienen un nivel altísimo.
Este orden más que un veredicto es una celebración del debut que puso a Layne Staley, Jerry Cantrell, Mike Starr y Sean Kinney en el mapa, definiendo el sonido oscuro y crudo que marcaría a toda una generación:
12. I Know Somethin’ (Bout You)
Con un aire más funk y juguetón, este tema muestra un costado distinto de la banda. Aunque no encaje con la atmósfera lúgubre del resto del álbum, refleja la amplitud de influencias de Cantrell, la capacidad de Staley y a un Mike Starr con líneas de bajo directamente extraídas de hits ochenteros disco. Este tema es una prueba de la versatilidad del grupo.
11. Real Thing
El cierre del disco, donde Kinney se luce con una batería furiosa, pero precisa, acompañando a un riff más ligero de Cantrell. Es un tema que quizás queda en la sombra frente a los clásicos, pero da un final casi tranquilo a la par del viaje intenso.
10. Sea of Sorrow
Aquí aparece el costado más melódico del grupo. Staley despliega una interpretación vocal llena de fuerza, mientras Starr aporta una línea de bajo gruesa y envolvente que da peso a la canción. Fue el single que mostró a una Alice In Chains capaz de balancear, pesadez y radio-friendly.
9. Sunshine
Con un riff hipnótico de Cantrell, esta canción brilla por su atmósfera oscura y la capacidad de Staley para transmitir dolor y melancolía. Se dice que la letra fue inspirada por la muerte de la madre de Cantrell, lo que le da una capa extra de emotividad.
8. Put You Down
Más cercana al hard rock ochentero, este track refleja las raíces metálicas de Cantrell en la guitarra. La base rítmica de Starr y Kinney la mantiene firme, mientras Layne añade un toque de ironía y dureza en la voz. Es de los cortes más energéticos del disco.
7. It Ain’t Like That
Un riff más pesado de lo común, nacido de la experimentación de Cantrell con afinaciones más bajas. Aquí la banda muestra la crudeza que luego se transformaría en su sello. La interpretación vocal de Layne es áspera, casi amenazante, dando una muestra de su rango expresivo.
6. I Can’t Remember
Uno de los temas más oscuros, con un aire casi claustrofóbico. Layne entrega un performance cargado de angustia, mientras Starr y Kinney generan un pulso lento y envolvente. Esta canción subraya la capacidad del grupo de crear atmósferas densas sin necesidad de ser veloces.
5. We Die Young
El debut explosivo de Alice in Chains. Grabada inicialmente como demo, su fuerza convenció al sello de incluirla como apertura del álbum. La voz de Layne es pura rabia juvenil, y el riff de Cantrell se convirtió en una declaración de principios: Alice iba a sonar crudo, directo y distinto.
4. Confusion
Con más de seis minutos, es un viaje sombrío en el que Cantrell explora texturas de guitarra y armonías vocales junto a Staley. Aquí se aprecia la química creativa entre ambos, esa mezcla de melodía y oscuridad que definió a la banda. También se destaca la sincronía de Starr y Kinney en los ritmos, el bajo de Mike resuena como un el eco de una cueva infinita.
3. Man in the Box
El himno indiscutible de Facelift y de toda la carrera de Alice in Chains. Cantrell optó por usar un talk box en el riff principal, dándole un sonido único, mientras Staley cantaba una de sus letras más recordadas, cargada de crítica y simbolismo. Fue el single que los llevó al éxito comercial y que los inmortalizó en MTV.
2. Bleed the Freak
Una canción de resistencia, donde Layne canta con una intensidad que oscila entre la furia y la súplica. Cantrell aporta un riff poderoso y melódico, mientras Starr y Kinney mantienen el pulso firme. Es un himno contra la opresión y el juicio, uno de los más queridos por los fans.
1. Love, Hate, Love
La obra maestra de Facelift. Layne entrega una de sus interpretaciones más dolorosas, pero hermosas (basada en su relación con Demri Parrot), mostrando todo su rango vocal y emocional. Cantrell crea un riff lento y atmosférico que se junta con el desgarro de la letra. Con casi siete minutos de duración, este tema es la prueba definitiva del potencial artístico de Alice in Chains: intenso, dramático y eterno.
