Este 31 de julio, Wesley Snipes celebra 63 años de vida. Con él, también se conmemora el impacto innegable que dejó en el cine de superhéroes.
Gracias a su interpretación nació Blade, el antihéroe mitad humano y mitad vampiro que inicio, él cambió de percepción hacia el género en la pantalla grande que los superhéroes necesitaron:
La importancia del Blade de Wesley Snipes
Mucho antes de que el Universo Cinematográfico de Marvel (MCU) dominara taquillas y plataformas de streaming, Snipes protagonizó en 1998 la primera película de Blade. Dirigida por Stephen Norrington y basada en un personaje relativamente oscuro y poco conocido de los cómics de Marvel. Con un estilo crudo, una estética violenta y una energía imponente. Snipes transformó al personaje en una figura de culto, cargada de carisma y acción, que conectó con una audiencia mucho más amplia de lo que muchos esperaban.
El éxito de Blade fue sorpresivo para la época. Con un presupuesto moderado y sin el respaldo de un universo cinematográfico consolidado. La película recaudó más de $130 millones de dólares en todo el mundo. Probó que las adaptaciones de cómics podían ser rentables, a la vez que oscuras y dirigidas a un público adulto. Sin Blade, difícilmente proyectos como X-Men (2000) o un Spider-Man (2002), hubiesen tenido la producción y cuidado. Que las llevo a ser las películas que luego abrirían camino al MCU como lo conocemos hoy.
Snipes repitió el papel en Blade II (2002), dirigida por Guillermo del Toro, y Blade: Trinity (2004). Más allá de los altibajos narrativos, su interpretación siempre fue el núcleo del film: fría, feroz y decididamente icónica. Wesley Snipes no solo dio vida al personaje; lo convirtió en una leyenda, fusionando artes marciales, cultura afroamericana y horror gótico en una mezcla que se adelantó a su tiempo.
Con la incierta llegada de un nuevo Blade protagonizado por Mahershala Ali dentro del MCU. Es inevitable mirar hacia atrás y reconocer que todo comenzó con Snipes. El propio actor ha apoyado públicamente el reinicio, pero los fanáticos aún consideran su versión como la más auténtica y visceral. De hecho, su versión de Blade volvió para «Deadpool y Wolverine». Su legado no está solo en la sangre derramada en pantalla, sino en haber demostrado que un superhéroe poco convencional podía liderar su propia saga con éxito.
