Llegó a su fin. La edición 53 del legendario festival, Glastonbury, finalizó en notas altas con la presentación de dos grandes emblemas de la música y en contextos muy distintos. El primero en tomar escenario en el Pyramid Stage, ocupando el denominado “Legends slot”, espacio que guarda el festival para actos consagrado de la música, fue el incombustible, Rod Stewart. Y más cerca de la noche, y de manera sorpresiva, fue Robert Smith, líder de The Cure, el que saltó al escenario principal de Glastonbury para acompañar a la sensación pop del momento, Olivia Rodrigo.
Además shows de The Libertines, Nile Rodgers & Chic, The Prodigy, The Maccabes, Wolf Alice y Turnstile, le dieron a la jornada el balance preciso entre grandes actos, musicos en ascenso y otros ya consolidados, como suele ser cada jornada del evento inglés.
El próximo año no habrá Glastonbury, ya que el festival se tomará un año “sabático”, para así dejar descansar al ecosistema de la Worthy Farm. Será hasta el 2027.
Por Hernán Carrasco
The Libertines
Y si bien fueron el primer número del escenario principal del festival, el show de The Libertines, por popularidad, perfectamente podría haber estado entre los últimos actos del día. Ante muchísima gente, los liderados por el excéntrico, Pete Doherty, salieron al escenario entre cánticos medio futboleros y una emoción que no se condecía con lo temprano de la jornada.
El energético desplante de Carl Barât, guitarrista y co-vocalista de la banda, contagiaba al resto de sus compañeros y se traspasaba a las primeras filas donde los fanáticos más leales de los británicos coreaban cada verso que salía de la boca de Doherty.
“Time for Heroes”, “Up the Bracket”, “Don’t Look Back in the Sun” y “Can’t Stand me Now”, fueron algunos de los clásicos de la banda que marcaron el show y que lograron masivos coros por parte del público. Con un sonido pulcro y una banda que se nota afiatada, The Libertines parece estar viviendo un renacimiento. Mientras Doherty se mantenga sano, el futuro se ve prometedor para los ingleses.
Wolf Alice
Los originarios del norte de Londres son parte de una camada de bandas inglesas que tomaron la posta del movimiento indie rock inglés de la década del 2000-2010 y la transformaron en algo distinto, haciéndolo bajo sus propios códigos de rock.
Con un sonido más pesado, guitarras distorsionadas, pero sin perder las armonías vocales, Wolf Alice es un buen ejemplo de la evolución que puede, y debe, tener la música hecha con guitarras. Liderados por la carismática, Ellie Rowsell, la banda congregó una cantidad importante de gente en el segundo escenario principal del festival, para presentar viejos temas y nuevas piezas de su más reciente disco de estudio, “The Clearing”.
En medio de su presentación se dieron el tiempo para homenajear a otros héroes locales como Fleetwood Mac, improvisando una emotiva versión de “Dreams”, coreada en grande por todo el público presente en el “Other Stage”.
Después de una hora de presentación, el grupo se despedía del escenario ante una multitudinaria ovación y dejando la sensación que estaban para un espacio más destacado dentro del cartel y la programación del día. El tiempo lo dirá.
Rod Stewart
Rod “The Mod” Stewart –se leía en letras grandes– en una de las pizarras instaladas en la oficina de medios, en los pasillos traseros de Glastonbury. La expectación era grande tanto del público asistente como de los propios trabajadores del festival. Era, sin duda, el aconticimiento más importante de la jornada y todos querían decir presente en ese show en el Pyramid Stage.
Se rumoreaba una larga lista de invitados, entre ellos Robbie Williams y un par de miembros de The Rolling Stones. En el público se apreciaba una transversalidad en el rango etario poco vista y que solo pueden lograr artistas de este calibre: niños, adolescentes, jóvenes, adultos e incluso mucha gente de la tercera edad se congregó para ver al artista de 80 años presentarse en Glastonbury.
Y Stewart entregó un show que sin duda cumplió todas las expectativas. “Forever Young”, “Da Ya Think I’m Sexy”, “Young Turks”, fueron parte de los clásicos que el artista entregó de manera impecable ante la efervescencia del público que transformó el escenario principal en una gigante karaoke.
Lo mejor llegaría casi al final con los invitados que lo acompañaron en sus últimas canciones. Mick Hucknall, líder de Simply Red, cantó a dueto ese himno de Harold Melvin & The Blue Notes llamado “If You Don’t Know Me By Now”, mientras que el Rolling Stone, Ronnie Wood, salió a escena para acompañar a Stewart en ese clásico de Faces, “Stay With Me”. Además la cantante británica, Lulu, hizo las voces de respaldo en la clásica “Hot Legs”.
Un show impecable dio el incombustible Stewart, en el llamado “Legends Slot” del escenario principal de Glastonbury. Los años pasarán, pero la calidad vocal del británico sigue indemne al paso del tiempo.