En un nuevo programa de Palabra Que Es Noticia, Antonio Quinteros conversó con Carolina Heidenhain, directora de Comunicación de Médicos Sin Fronteras, para analizar la situación de desnutrición en Gaza y el trabajo de dicha organización en la zona.
Crisis de alimentos
Heidenhain contradijo los recientes dichos de Benjamín Netanyahu, primer ministro israelí, quien recientemente afirmó que no hay hambre en Gaza. Al respecto, señaló: “Eso no es lo que nuestros equipos, que están presentes en Gaza, están viendo. Hay una escasez de todo, de alimentos, de agua, de insumos médicos. En nuestra clínica, en el en el norte de Gaza, se cuadruplicó la cantidad de de casos de desnutrición que están en tratamiento a 983 casos”.
La organización ha detectado que el 25% de los niños entre seis meses y cinco años, así como mujeres embarazadas y lactantes atendidos en sus clínicas, presentan signos de desnutrición. En algunos hospitales, incluso el personal médico enfrenta dificultades para alimentarse. “El 19 y 20 de julio no pudimos dar comida a mujeres y niños hospitalizados porque no había nada para ofrecerles”, añadió.
Además, atribuyó la crisis a los bloqueos que impiden el ingreso de ayuda humanitaria: “Sería muy fácil revertir esto. Tenemos la capacidad de incrementar de inmediato la distribución de alimentos y medicinas. Solo es cuestión de que desbloqueen el acceso”, señaló.
Desde hace un mes, la distribución de ayuda está en manos de una “fundación humanitaria” creada por los gobiernos de Israel y Estados Unidos, una gestión que, según Heidenhain, carece de experiencia y opera en un contexto altamente militarizado. “Más de mil personas han muerto en estas distribuciones”, afirmó.
Escasez de insumos
Heidenhain señaló además que ningún hospital en Gaza funciona a plena capacidad, ya que todos han sufrido ataques o evacuaciones forzadas. La escasez alcanzaría incluso a insumos básicos, pues no disponen de suficientes gasas, analgésicos ni bancos de sangre, obligando al personal a donar para los pacientes.
Por otro lado, la falta de combustible comprometería el funcionamiento de incubadoras y equipos esenciales: “Hemos perdido bebés porque se cortó la electricidad. Ahora tenemos hasta cinco recién nacidos en una sola incubadora”, explicó.
Médicos Sin Fronteras mantiene dos hospitales, centros de campaña y varias clínicas de atención primaria en funcionamiento, pero según Heidenhain, la demanda superaría con creces la capacidad: “A las 9 de la mañana tenemos que cerrar el ingreso de pacientes porque ya alcanzamos el límite diario”, explicó, insistiendo en que la única salida es un cese al fuego inmediato, el respeto al personal médico y humanitario, y la apertura para ayuda internacional.
“Estamos listos para ampliar nuestras actividades apenas se habilite el acceso. La población de Gaza no puede esperar más”, concluyó.
