Los Beatles desarrollaron los sets de canciones de sus primeros trabajos de estudio con covers que venían de sus shows de clubes anteriores a la fama. En esos días en que debían tocar de todo, desde Little Richard hasta melodías de espectáculos.
Su tercer LP, «A Hard Day’s Night», llegó el 10 de julio de 1964 con 13 canciones originales. Toda una novedad para el equipo de compositores de John Lennon y Paul McCartney.
Por supuesto, George Harrison se volvería mucho más prolífico tras hacer su entrada en el mundo de la composición con «Don’t Bother Me» en «With the Beatles». Eso dejó a «A Hard Day’s Night» como el único disco de los Beatles que consta únicamente de originales de Lennon-McCartney. Más importante aún, mostró precisamente lo rápido que estaban creciendo como compositores.
Ya habían dado señales de esto, con las progresiones de acordes que se escuchaban en «With the Beatles» (especialmente en «All My Loving» y la coda de «It Won’t Be Long») volviéndose más sofisticadas, pero aún confiaban demasiado en pop simple y Ideas de R&B («Little Child» y «Not a Second Time»).
Pero desde el dramático acorde de apertura del clásico que le da nombre al disco hasta el final algo abrupto de «I’ll Be Back». «A Hard Day’s Night» encontró a los Beatles probando algunas ideas musicales nuevas.
Y, la mayoría de las veces, teniendo éxito con cada una de ellas.
Incluso en esos momentos en los que confiaron en el blues de 12 compases dieron los frutos de aquellos experimentos. «You Can’t Do That» de Lennon presentaba un puente que arrancaba la canción de sus amarres de Wilson Pickett.
Mientras que «Can’t Buy Me Love» de Paul McCartney presentaba una desviación de la norma en el compás 11 del verso y usaba acordes menores. – generalmente empleado para denotar tristeza – en el estribillo exuberante (un truco heredado de «She Loves You»).
El hecho de entender las posibilidades de usar tonalidades menores que comenzó en el puente de «From Me to You» un año antes estaba comenzando a pagar dividendos. Canciones como «Things We Said Today» y «I’ll Be Back» dan fe de ello. Así como en el coro del spotlight de Harrison «I’m Happy Just to Dance With You».
Pero en ninguna parte este crecimiento fue más exitoso que en «If I Fell» de Lennon y la primera melodía verdaderamente brillante de McCartney, «And I Love Her».
Aun así, las palabras seguían siendo ligadas al sentimiento, un eterno estoy enamorado o no estoy enamorado.
Los siguientes dos discos de los Fab Four, «Beatles for Sale» y «Help!», verían sus aspiraciones líricas ponerse al día con las musicales. Pronto estuvieron en su período más alto.
Todo esto en lo que se diseñó como la banda sonora de la primera película de los Beatles, una que sorprendió de manera similar a los críticos, quienes notaron lo buena que era.
Siete de las 13 canciones del se utilizaron en su totalidad en la película. Ya sea con la sincronización de labios de los Beatles con el disco («I Should Have Known Better», «And I Love Her»). O en dos secuencias memorables que se duplicaron como precursoras de videos musicales: «Can’t Buy Me Love» y «A Hard Day’s Night».
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