Este 31 de julio se cumplen 10 años desde la partida de “Rowdy” Roddy Piper, uno de los íconos más influyentes y carismáticos en la historia de la lucha libre profesional.
Nacido como Roderick George Toombs, Piper dejó una huella imborrable en la cultura pop y en los cuadriláteros de la WWE (entonces WWF), combinando irreverencia, talento y una lengua afilada que lo convirtió en leyenda:
«Hot Rod»: el primer rey del micrófono
Piper no era solo un luchador. Era un provocador, un maestro del micrófono y una figura que trascendía el ring. Su segmento «Piper’s Pit», estrenado en los años 80, redefinió la forma en que se construían rivalidades en televisión. Allí, entrevistó y humilló a grandes nombres como Hulk Hogan, André the Giant y Jimmy Snuka. Uno de los momentos más polémicos fue cuando rompió un coco en la cabeza de este último. Estas escenas cimentaron su reputación como uno de los mejores «heels» (villanos), de todos los tiempos.
Uno de sus momentos más recordados ocurrió en WrestleMania I (1985), donde hizo equipo con Paul Orndorff para enfrentar a Hulk Hogan y Mr. T. Sin Piper, probablemente la primera edición de WrestleMania (y por ende, la expansión global de la WWE), no habría tenido el mismo impacto. Su capacidad para generar odio, interés y espectáculo fue crucial en el ascenso de la lucha libre al mainstream.
Pese a su papel de villano, con el tiempo el público lo abrazó como un antihéroe, lo que lo llevó a tener rivalidades memorables con figuras como Bret Hart y Goldust. Su combate estilo «Hollywood Backlot Brawl» en WrestleMania XII con este último es otro de sus clásicos, combinando violencia, comedia y locura en partes iguales.
Además de su carrera en el ring, Piper incursionó con éxito en el cine, protagonizando la película de culto “They Live” (1988), dirigida por John Carpenter. Su frase “I came here to chew bubblegum and kick ass… and I’m all out of bubblegum” se volvió parte del imaginario colectivo y confirmó su estatus como ícono pop más allá de la lucha libre.
Roddy Piper falleció el 31 de julio de 2015 a los 61 años, pero su influencia sigue viva. Fue inducido al Salón de la Fama de WWE en 2005, y hasta el día de hoy su nombre es sinónimo de actitud, creatividad y pasión por el espectáculo.
Hoy lo recordamos no solo por sus triunfos y rivalidades, sino por su legado como pionero del entretenimiento deportivo. Roddy Piper no necesitaba títulos para ser grande: su presencia, su voz y su rebeldía bastaban para robarse cada show. A una década de su partida, el mundo de la lucha aún lo extraña.
