ENTREVISTAS

“La actividad cerebral de quien consume noticias violentas se parece al de un veterano de guerra. Con redes sociales el miedo se va contigo y puede ser el inicio del estrés postraumático»

Francisco Parada, director del Centro de Estudios en Neurociencia Humana y Neuropsicología de la UDP, se refirió a las consecuencias del consumo desmedido de información a través de redes sociales, a propósito de los conflictos armados que acuden al mundo. 

Francisco Parada Psp Web
Radio Futuro

Ante un panorama de conflicto armado, vale preguntarse cómo afecta la guerra a nuestra salud mental, aun cuando no nos involucra directamente.  Día a día vemos en nuestras pantallas los desastres de Ucrania y Rusia, el genocidio de Israel a Palestina y la reciente guerra de los 12 días, con la participación de Estados Unidos como nuevo actor.  Es así, que la Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte que una de cada cinco personas se ve afectada por trastornos de salud mental en situaciones de posconflicto. 

En Palabras Sacan Palabras, Andrea Moletto y Álvaro Paci conversaron con Francisco Parada, director del Centro de Estudios en Neurociencia Humana y Neuropsicología de la Universidad Diego Portales, sobre las consecuencias de la guerra en nuestra salud mental en un mundo globalizado, trastornos del sueños y cómo actuar al respecto. 

“La realidad no se construye solo con el cerebro. Hay un cuerpo y un contexto”, comentó el neurocientífico.  La actividad del cerebro se modula de acuerdo a quienes somos y dónde nos situamos, es decir, en base a nuestras experiencias. “No es lo mismo un cerebro con experiencias de trauma que uno que vive en abundancia”, señaló. 

Además indicó la diferencia entre experimentar violencia a través de videojuegos y noticias. En los años 90 e inicios del 2000, se hicieron múltiples estudios comparativos de las consecuencias que tienen los videojuegos de first person shooter y las experiencias de violencia en la actividad cerebral, los resultados indican que esta no es parecida. Sin embargo, cuando nos trasladamos hacia el consumo de noticias de violencia a través de redes sociales, la actividad cerebral es parecida a la de alguien que ha experimentado violencia en primera persona. 

Guerra en la era de las redes sociales

El experto hizo hincapié en el efecto del consumo desmedido de redes sociales. Estas pueden llevarnos a una intoxicación de información, que termina por alterar y elevar los patrones mentales. Así, “la actividad cerebral de quien consume noticias violentas se parece al de un veterano de guerra. Con redes sociales el miedo se va contigo y puede ser el inicio del estrés postraumático»

Si bien todas las generaciones han experimentado hitos bélicos, la diferencia en esta generación es la conexión 24/7. “Ucrania es la primera guerra de redes sociales. Todos se convierten en opinólogos. La revolución tecnológica no solo hace que te estreses tú, sino que con otros”, reflexionó. 

Por otro lado, mencionó la pandemia de la higiene del sueño. “Nadie está durmiendo”, afirmó. Un problema que se acentuó con la pandemia del COVID-19. y que vendría a explicar los pobres niveles de salud mental que tenemos hoy. 

El sueño es la base de la salud mental, el deterioro abre puertas a enfermedades autoinmunes, neurodegenerativas, afecta el rendimiento de nuestro cerebro, entre otras consecuencias.  “La idea es hacer el trabajo”, observar los mecanismos que favorecen un mejor descanso. Elementos como el autocuidado y actividades culturales pueden reconfigurar nuestras narrativas. Desde sacarnos de casa y socializar hasta cambiar nuestros patrones de conducta. 


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