Después de varios años vuelve a Chile el gran Marty Friedman, esta vez mostrando lo más reciente de su trabajo solista y el resto de su historia también, por supuesto. Va a estar el jueves 12 de junio en Valparaíso, en el Club Segundo Piso, y al día siguiente viernes 13 de junio en Santiago, en el Teatro Cariola. Ambas fechas con entradas en Ticketplus.
Antes de los shows nos contactamos con Marty e intercambiamos unas palabras, de partida contó que “estoy muy emocionado, no sólo por ir a Sudamérica, sino que Chile en particular es un lugar muy importante para mí. Como saben, he estado allí muchísimas veces. Escribí una canción sobre Santiago. Tengo muchos amigos en Chile que conozco desde hace décadas y he estado en sus casas muchísimas veces”.
“Y tengo muchos sentimientos personales al respecto. Por eso quiero grabar un DVD y un álbum en vivo esta vez en Santiago. Es algo que he estado esperando durante mucho tiempo. Habría sucedido quizás tres años antes, pero debido a la pandemia, no pudimos hacerlo. Pero ahora es el momento. Todo está bien. Todo está en su lugar. Estaremos todos juntos en la misma habitación”.
-¡Excelentes noticias! Por favor, queremos más detalles de primera fuente.
-Sí, quiero ver las caras de todos mis fans y amigos chilenos. Es algo en lo que he estado pensando durante mucho tiempo. Y ahora mi banda está en su mejor momento. Siempre ha sido buena, pero ahora mismo es realmente como un diamante de cuatro esquinas. Es una banda muy estable. Llevamos muchísimo tiempo con los mismos miembros. No se me ocurre una química mejor que la que tenemos. Estoy seguro de que sabrás a qué me refiero cuando nos veas tocar. Irás al concierto porque quizá quieras verme tocar. Pero los recordarás más a ellos que a mí.
-¿Son músicos que tocaron contigo en tu último álbum, “Drama”? ¿U otros?
-Sí, tocaron ahí. Hay una canción llamada “Thrill City”, los que tocan ahí son mi banda en vivo. Son lo máximo. Hemos viajado juntos por el mundo muchas veces. Y acabamos de terminar nuestra gira por China hace unos días. Después de un pequeño descanso, nos vamos a Sudamérica.
-Mencionamos “Drama”, tu más reciente disco, que fue un cambio de sonido interesante, incorporaste piano, violín, cello, arreglos de música clásica… ¿lo consideras una apuesta arriesgada?
-Sí, no me importan las cosas arriesgadas. Solo intento hacer la música que tengo en la cabeza y dársela a la gente. Y dejarla fluir. No puedo controlar si le va a gustar a alguien o no. Eso no me importa tanto. Lo importante es que yo esté completamente satisfecho. Simplemente lo dejo salir al mundo. Y ya está. Mi responsabilidad está cumplida. Pero me alegra mucho que la respuesta haya sido fantástica. Y cuando tocamos las nuevas canciones en vivo, la gente parece entusiasmarse mucho. Así que me siento muy afortunado.
-Hablamos de álbumes. El anterior fue “Tokyo Jukebox 3”, otro paso en tu profunda inmersión en la cultura japonesa. Cuando te fuiste a vivir a Japón, fue un punto de inflexión en tu carrera. ¿Cómo cambió tu visión de la música?
-Cuando partí, sabía que quería estar en la escena musical japonesa. Pero al llegar a Japón me sucedieron muchas cosas muy afortunadas. Recibí muchas ofertas de la televisión. La verdad es que no tenía muchas ganas de hacer televisión. Quería concentrarme en la música. Pero una vez que me dediqué a la televisión, tuve mucha suerte y participé en algunos programas de bastante éxito. Y tuve mucha difusión en el mainstream. En la música, es muy inusual tener ese tipo de difusión, para alguien con tanta trayectoria en el heavy metal. De repente terminé en el mainstream y puedo hacer lo que quiera con mis álbumes. Eso me dio mucha libertad para despreocuparme de lo que piense la discográfica, lo que digan las modas ni nada. Simplemente hacer la música que está aquí, difundirla y dejarla fluir. Y tengo que agradecerle a la exposición televisiva. Pero si sigues mi música, como dijiste en “Tokyo Jukebox 3”, se vuelve cada vez más japonesa cada año. Japón se ha convertido cada vez más en parte de mi vida desde que vivo aquí. Se puede sentir esa influencia. La influencia de la vida cotidiana japonesa es probablemente la mayor influencia en mi música. Cuando escuchas, por ejemplo, “Drama”, esos son los sonidos que siento a mi alrededor en la vida cotidiana japonesa.
-¿Dirías que ese espíritu de simplemente hacer lo que te salga del corazón sin importar el riesgo es una característica tu carrera? ¿Estuvo ahí desde el inicio?
-Sí. Tengo mucha suerte de poder hacer eso. Porque normalmente es difícil ganarse la vida si ignoras el aspecto comercial de la música. Así que, hasta cierto punto, tienes que seguir las tendencias y escuchar las sugerencias de las discográficas y todo eso. Pero por suerte he podido evitarlo durante tantos años. Incluso cuando estaba en Megadeth, hacíamos lo que queríamos en general. Y luego, cuando dejé la banda, hice exactamente lo que quería con mis álbumes. A veces se vendían bien, a veces no. Pero no importaba. Aun así, podía hacer lo que quería. Me siento muy afortunado por eso.
-¿Así era también en Cacophony, con Jason (Becker)? ¿Tenían una visión similar en ese sentido?
-Bueno, en ese momento estábamos en el sello Shrapnel Records. Era un sello muy centrado en la guitarra. Escribí mucho sobre ello en mi autobiografía. Pero en aquel entonces no tenía ningún equipo de grabación casero. Estaba casi sin hogar. No tenía nada. Así que tenía que decirle constantemente al presidente de la discográfica lo que iba a salir en el disco. Estaba muy preocupado. Quería muchas guitarras elegantes, muchas guitarras llamativas, muchas guitarras impresionantes. Y yo no tenía demos. No pude hacer una. Así que tuve que repetirle que la canción iba a ser así, con mucha guitarra y mucha música loca. Y él estaba muy, muy nervioso. Porque no tenía nada que escuchar. Sabía que yo podía hacer cosas con mi guitarra. Pero no lo supo hasta que empezamos a fabricarla. Y luego, cuando empezamos a grabar el álbum de verdad, fue una locura para él. Era una locura. Esperaba algo neoclásico normal y corriente. Y eso no me interesaba. Quería llevarlo a niveles cada vez más altos. Así que, en cierto modo, asustamos mucho a la discográfica cuando grabamos esos discos. Pero todo salió bien. Eso sí, en ese momento todos estaban nerviosos.
-¿Sigues en contacto con Jason y su familia?
-Claro que sí. Seguimos en contacto. Y siempre que trabajamos en algo, lo escuchamos el uno al otro. Nos damos nuestra opinión, bromeamos y todo eso.
-Muy bien. Al principio mencionaste algo muy importante para nosotros. Tu canción dedicada a Santiago, “Corazón de Santiago”. Por favor cuéntanos cómo surgió, evidentemente ya has hablado de eso por nos encanta escucharlo.
-Sí, siempre recuerdo que conocí a un amigo en Chile, de pura casualidad. Es una larga historia, pero terminé teniendo amigos chilenos. Una familia. Me invitaron a su casa. Lo pasamos genial. Me sentí muy privilegiado de estar en esa casa chilena. Y de pasar tiempo, conversar y disfrutar de la compañía mutua. Pensé que la mayoría de los músicos no reciben este trato. La mayoría de los músicos ven el hotel, el aeropuerto y el lugar del show. Pero ahí estaba, en la casa de esa agradable familia. Comiendo y tomando té. Pensé que quizá en Santiago es común que la gente sea tan amable. Me sentí muy bien recibido, no sólo por esa familia, sino por la gente que veía trabajando en el show. O por los fans. O por la gente del hotel. Todos parecían hacerme sentir realmente bien. Tuve una buena impresión general de la ciudad y el país. Y lo mismo pasó en Concepción y Valparaíso. Tengo muchísimos buenos recuerdos. Y me cuesta expresarlo con palabras. Así que lo plasmé en una canción llamada “Corazón de Santiago”. Y no creo que esa canción suene particularmente latina. Suena como una de mis baladas. Pero simplemente representaba mi sentimiento hacia el país.
-Excelente. ¿Qué más viene para ti en el futuro?
-Estaré de gira por Japón a mitad de año. Y luego esperamos hacer una gira por Europa y Australia con “Drama”. Eso aún no está decidido. Pero esta gira está resultando ser muy larga y exitosa para nosotros. Y me encanta. Porque estoy muy orgulloso del álbum. Me emociona que la gente haya respondido tan bien. Así que ahora mismo, lo primero que tengo en mente es extender la gira.
-Bien, que no falte el trabajo. Marty, eso es todo por ahora. Muchas gracias por tu tiempo. Nos vemos por aquí.
-Muchas gracias, Jorge. Adiós.