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Marcelo Aldunate: Los Bunkers «pueden tocar cualquier estilo con propiedad»

En el RockShop conversamos con el hombre de radio, ex director de Rock & Pop, quien publica un libro dedicado al primer disco de la banda.

Marcelo Aldunate Rockshop 02 Web

«El tiempo se acorta, ya hay mucho que hacer, sólo pide y recibirás lo que necesitas, el resto depende de ti, planta tu amor y déjalo crecer». Esas son palabras de Eric Clapton en «Let it Grow». Y con estas palabras comienza el libro de Marcelo Aldunate dedicado a Los Bunkers. Su historia con los Bunkers y su primer disco y cuando un libro comienza con esa cita está extendido a ser un viaje musical imperdible.

Aldunate es un hombre de radio. Como se dice en nuestro rubro, un «animal de radio». Un melómano que partió como DJ y fue parte importante y sustancial de la creación de una de las radios más importantes del último tiempo como Rock & Pop. Fue su director desde 1992 hasta 2004. «En la época en que partí en radio, uno hacía de todo, libreto, grababa, montaba, bueno, maestro chasquilla de las radios», comenta el invitado a la edición de RockShop del pasado jueves 08 de mayo.

En el espacio, conversó con Rainiero Guerrero sobre su historia con Los Bunkers, el rol de la radio en la difusión de nuevas bandas y la clave del actual éxito transversal del grupo penquista. Todo, retratado en la más reciente publicación de la serie Disco Rayado de Piedra Redonda Ediciones, y que está disponible en librerías del país.

La Rock & Pop también impulsó mucho el rock chileno y ayudó a hacer una plataforma para justamente después de cantar en cosas como estas.

Sí, en los 90, bueno, se dieron muchos factores como para llegar a lo que tú estás comentando. Efectivamente hubo una apertura en los medios. Especialmente en la FM, las cosas antes del 92 eran muy distintas en todo lo que tiene que ver como con la la forma de hacer los programas y también con la música que se pasaba. Yo creo que los años post dictadura marcaron un inicio, una apertura en muchos ámbitos.

Pero en ese camino, sobre todo en esa nueva apertura, siempre estuvo tu inquietud de, en cada año, ¿no? A partir de ahí del 92, 93, de que si te llegaba algo, lo escuchabas, si te tincaba o tenía algo, tú decías, bueno, coloquémonos en la radio y veamos cómo funciona.

En los momentos que también la gente reaccionaba a lo que escuchaba, te llamaba por teléfono, habían cartas todavía, ¿no? Lo que pasa que era el ejercicio que, bueno, yo creo que todas las radios lo hacían de alguna manera. No habían referentes como las redes sociales, entonces era un poco de ensayo y error. Tú apostabas por canciones, grupos, y en la medida en que esas canciones convivían con el resto de la programación, te ibas dando cuenta si funcionaban para tu línea editorial musical, en ese caso. Evidentemente había un feedback telefónico, fax.

Amigos cercanos también que escuchaban, claro.

Pero era una época de mucha apuesta y de guiarse también por la intuición y qué es lo que considerabas que era oportuno incluir en tu parrilla, digamos.

Marcelo Aldunate Rockshop

Esa intuición te llevó a la noche del jueves 21 de septiembre del año 2000 en el Tom Pub, y eso produce un encuentro que sigue hasta el día de hoy y que de eso trata tu libro, que tiene que ver con esta historia tuya, con los bunkers de este primer disco, pero me parece que es más que un repaso musical, ¿no? Es un viaje musical esto y la descripción de una muy linda amistad. ¿Qué pasó ese 21 de septiembre del 2000 ahí en el Tom Pub, en Bellavista con Constitución?

Bueno, desde mitad de los 90 y ya los primeros años de la década del 2000, Rock & Pop estaba bien enfocada a través de su programación promocionar música nueva de bandas nuevas, y en esa búsqueda me encontré con un disco de unos artistas que venían de Conce, lo escuché sin mayores expectativas y me encantó desde la estética de la banda, las canciones que escuché por ese tiempo estaba muy pegado, bueno, todavía los sigo estando de alguna manera con música de los años 60, principalmente británica, entonces me fijé mucho en lo que había en ese disco, la verdad que conecté mucho con las canciones.

Cuando tuve la oportunidad de que tocaban, dije «bueno, voy a ver qué tan buenos son en vivo», porque para mí era fundamental tocar por la radio grupos que se pudiesen sostener en el directo, en el fondo cuando tú eliges una canción nueva de un grupo nuevo, estás invirtiendo aire, de tu propio aire, de tu programación, entonces para mí era fundamental ver que en vivo la banda respondía a lo que el disco te transmitía.

Y te llevaste la buena sorpresa, o sea, lo que ya habías escuchado en el disco, me imagino que se amplificó en esta presentación en vivo, con detalles que mencionas en el libro, pero que se siguen repitiendo hasta el día de hoy. Detallistas, perfeccionistas, pulcros, son cosas que hasta el día de hoy, uno fui a ver hace poco el Unplugged, y después lo que pasó en el Santa Laura Nacional, y atrás, y me parece que desde esa primera tocata hasta el día de hoy, esos detalles se siguen manteniendo, esas cualidades.

O sea, evidentemente me llamó mucho la atención eso, del fiato que la banda tenía, del sonido que lograban con poco, era un lugar modesto, sin embargo parecía una banda que llevaba mucho tiempo tocando, y era su segunda tocata en Santiago, también la banda llevaba muy poquito tiempo conformada, y me llamó la atención, tenían una pachorra que no había visto en cabros de menos de 20 años, eso me llamó mucho la atención, y me llamó también, me encantó que las canciones crecieron en vivo, eran mucho más de lo que el disco reflejaba incluso, aparte que tenían un repertorio de versiones, de canciones que habitualmente no suenan en una tocata de una banda que está comenzando, digamos, despacharse Sunshine of Your Love, alguna canción de los Zombies, era bastante raro, y bueno, desde el look todo parecía como sacado de otras épocas.

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Era raro, pero también me imagino que, y por tu cercanía también, que habías tenido con, o también con el trabajo que hiciste con Los Tres, era algo que venía de Concepción, era algo como esa estética, o ese sonido, esa búsqueda distinta a la santiaguina, ¿lo que venía de Concepción tenía otra alma?

Sí, yo creo que cualquier banda que vino de Concepción venía un poco con ese respaldo del prestigio que habían puesto Los Tres, los Santos Dumont también. Y claramente me parece que en Concepción, al menos en esa época, había un conocimiento de cierto tipo de música que en Santiago no necesariamente era la que todo el mundo pescara. Es como que algo con el rock británico de los 60, de los 70 también, algo más hondo en Concepción.

Pegó más allá, y bueno, a partir de ahí comienza una relación de amistad, de trabajo, pero por cierto, una cosa me da la impresión, lo deja muy claro en el libro, una relación de amistad, de colaboración, de cooperación, que se plasma inmediatamente por otro hecho accidental, estabas programando lo que eran las Raras Tocatas, y se cayó Dragma, me parece que era la banda que no llega, y levantaste el teléfono de un contacto justamente que había dejado con Álvaro López, y más encima, sin querer queriendo, aparece esta oportunidad para, en ese minuto año 2000, la radio todavía era un lugar donde, bueno, lo sigue siendo, pero más allá, era como un lugar donde mucha gente descubría música todavía.

Sí, por supuesto. Ese programa en particular era también un estelar para Rock & Pop. Nunca había pasado por ahí una banda que no tuviese un disco oficial. Fue accidental, pero también fue un poco por descarte, porque cuando Dragma se cae, y me avisan que no pueden venir a cuatro días del programa. Yo recurría a otros nombres, y todos me dijeron no, porque evidentemente tres días antes preparar un material distinto, raro, que incluyera versiones distintas de sus propios temas, o covers de otras bandas. Todos me dijeron «no, estamos muy encima, no, no podemos». Entonces fue un poquito la última opción que me quedó. No es que haya pensado, «ah, es el momento de los Bunkers», era como «¿que hago? tengo una servilleta con un número». Bueno, así se origina todo digamos.

Y tan mateos eran que sabían perfectamente de qué se trataba la rara tocata, no tuviste que explicarle mucho.

Lo que pasa es que después, con el tiempo me enteré que ellos escuchaban el programa, también lo escuchaban como para medir cómo estaban ellos respecto al resto de las bandas que estaban dando vueltas, una especie como de análisis, ya, de dónde estamos parados, así que conocían perfectamente de qué se trataba el programa, cuál era la exigencia que tenía, y como ellos tenían un hábito de ensayar todos los días, diez horas, de lunes a domingo, porque probablemente no tenían muchas otras cosas que hacer.

¿Hubiera o no hubiera tocata?

Claro, no, no, no, sí, yo creo que estaban súper preparados para un momento así, en cualquier lado que se les diera, digamos. De hecho, cuando llegan y hacen el programa, el programa podría haber continuado mucho rato más, porque tenía un repertorio así, súper aprendido, y que tenía que ver con el espíritu del programa en sí, digamos, de rarezas, de presentar una cuestión distinta, y siempre lo digo, creo que es la banda que mejor aprovechó ese espacio cuando existía, digamos.

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Y yendo ya a tu lado más de escritor, ¿no? Que es un lado nuevo para ti, y que también es nuevo esto de sentarte a dar entrevistas, desde ese año 2000 al 2024, han pasado 24 años de historia, y fue justamente en los pasillos del Estadio Nacional donde empezaste a hacer esta suerte de recuerdos. ¿Cómo ves este recuerdo? ¿Cómo fue hacer este ejercicio de memoria, con ayuda de Memoria Mejora también, con mucha gente colaborando, pero reconstruir la historia? Insisto, está la portada del primer disco, Los Bunkers, pero esto es mucho más que la historia del primer disco, es la historia de un recorrido musical en todo este tiempo.

Son los primeros años, los primeros años en Santiago, tiene que ver con el primer disco, hay varios saltos cuánticos al presente, que también explican muchas cosas. Para mí fue un desafío hacerlo, digamos, más allá de tener los recuerdos súper frescos, porque, bueno, tratándose Los Bunkers, son historias que por ahí, en ciertas ocasiones, siempre he estado contando desde el año 2000. Pero me parece que fue un bonito ejercicio para mí, me quedó gustando escribir. Creo que ahí, bueno, pongo énfasis en muchas claves que tienen que ver con el resultado del éxito transversal que hoy día la banda tiene. Me parece que es un libro que no sólo es para fanáticos de Los Bunkers, sino para fanáticos de la música en general, fanáticos de la música chilena también. Fue un ejercicio que me gustaría repetir en el futuro.

Hay más historias por ahí.

Sí, sí, por supuesto.

Oye, y qué es lo que, del trabajo de Los Bunkers, ¿dónde crees que tú, por la cercanía que has tenido, dónde crees que radica esta transversalidad? En esta segunda parte, sobre todo. Porque Los Bunkers, cuando se retiran en 2012-2013, era una banda muy popular en México. Estaban alcanzando una gran fama. Pero como que este gran estallido de Los Bunkers viene con su regreso. ¿Dónde crees tú que pasa, dónde está el detalle principal que tú has visto en todo este recorrido de tiempo, que podría explicar esta gran importancia, fama, transversalidad de Los Bunkers?

Yo creo que ellos tienen canciones que conectan con diferentes tipos de personas. Y eso se ve en el tipo público que hoy día está yendo a los shows. Familias completas, niños, hijos, padres y abuelos. Creo que tiene que ver también con su discografía. Ellos son una banda muy dúctil musicalmente. La verdad, habiéndolos visto tanto tiempo, sé que pueden tocar cualquier estilo con propiedad. Son muy estudiosos de la música en general. Muy talentosos. Estudiosos también de los instrumentos. Muy aplicados, muy detallistas. Hay mucho trabajo, mucho.

Su paso por México también les abrió una puerta hacia otro tipo de música y expresión que hoy día se notan en lo que están haciendo. Creo que trabajo, convicción, talento, por cierto, disciplina, sin duda. Hasta el día de hoy siguen ensayando ocho horas para el Unplugged, para los Estadios Nacionales, durante tres meses. Me ha tocado y conozco muchas bandas famosas, desconocidas, que dan dos pasadas a la canción y se van tranquilos para la casa y abramos una chela y estamos listos. Yo creo que ellos encaran su carrera de una manera súper distinta, y el resultado de este éxito transversal tiene mucho que ver con eso.

Y por último también eso mismo implica un desafío para ti porque no sólo ha sido colaborar en términos de lo que hiciste a través de la radio sino que también ha sido productor de canciones del último disco Noviembre también, entre otras. ¿Y cómo es eso? ¿Cómo es ese ejercicio también de producir a gente que conoces, a gente que conoce lo exigente que es? Por tanto es como una prueba permanente, como no puedo estar menos que lo que ellos me van a exigir.

Sí, eso fue un desafío mayor. Pero afortunadamente me encontré con personas en el estudio y en la sala previo a entrar a grabar y todo, donde todos estos 25 años parecía que no existían. Éramos como personas diferentes, cada uno su rol, fue una experiencia muy profesional en ese sentido.


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