En un nuevo capítulo de Palabras Sacan Palabras, Andrea Moletto y Álvaro Paci conversaron con Sebastián Marroquín, nacido como Juan Pablo Escobar e hijo del narcotraficante Pablo Escobar.
Sebastián Marroquín comentó la primera vez que se expuso públicamente en el documental “Pecados de mi padre” (2009). Esto, asegura, “nunca buscando glorificar la actividad criminal de mi padre, sino todo lo contrario, buscando el perdón de sus víctimas”.
El inicio de su nueva historia comenzó con la muerte de su padre, donde su familia tuvo que hacer tratos con los narcos y carteles enemigos. “Agradecí a los enemigos de mi padre por habernos despojado de todo lo que le perteneció a él en algún momento, eso fue lo que me permitió tener la oportunidad de empezar de cero en la vida”.
Sin embargo, contó que tuvo otro inicio, pues “ningún país del planeta nos quería recibir. Agotamos todas las instancias diplomáticas, incluido Vaticano, Cruz Roja Internacional y Naciones Unidas y la totalidad de las embajadas”. Es por esto que Marroquín y su familia hicieron uso de una ley que permitía el cambio de identidad.
La glorificación a la narcocultura
Finalmente, establecieron su hogar en Argentina y, años más tarde, Sebastián se dedica a viajar dando charlas para concientizar -con su propia experiencia- sobre la verdadera vida criminal. «Yo he viajado por 49 países dando charlas y en todos me encuentro una fanaticada de jovencitos dispuestos a ser Pablo Escobar”, afirmó. Además, agregó que “he visto gente que tiene la cara tatuada con la imagen de mi padre, a ese nivel de ignorancia estamos llegando”.
Marroquín le atribuye parte de la responsabilidad de la glorificación a la narcocultura a las plataformas de streaming: “Cuando Netflix cuenta la historia de mi padre, todos quieren ser narcos; cuando la cuento yo, a ninguno le quedan ganas”.
De igual manera, el ahora arquitecto comentó que se acercó a la plataforma ofreciendo asesoramiento para sus series, sin embargo, “me mandaron al carajo”. “Me dicen “nosotros sabemos todo” (…) Saben cómo glorificar, saben cómo endiosar a mi padre, saben cómo agregarle glamour a una historia que no tiene glamour”. “Mi padre fue considerado el Da Vinci del crimen y murió a los 44, toda la fortuna del mundo no le sirvió para pagar por un segundo de paz”, sinceró.
Además, se refirió al hecho de transmitir los narcofunerales por los medios de comunicación: “Eso es glorificar la actividad criminal, es hacerle creer a los jovencitos que la mejor manera de morir es siendo un narco”.
Política y combate contra el narcotráfico
“No existe un país sin drogas, no existe. Puede haber más controles o menos, más fuerza de la ley, más penas de muerte, pero la droga llega a todos lados”, afirmó.
En la misma línea, el hijo de Pablo Escobar comentó que la droga ya está legalizada, aunque indirectamente: “En dos minutos con Instagram, WhatsApp y Uber no necesitas más”. Esto lo atribuyó, principalmente, al prohibicionismo. “El acto de prohibir es un acto de irresponsabilidad del Estado, que no se quiere hacer cargo de un problema de salud pública”.
De la mano con lo anterior, Sebastián relacionó este prohibicionismo a la corrupción que sufre la política. “El político que impulsa el prohibicionismo es socio del narco (…) no conozco un narco en favor de la legalización”.
“Un negocio funciona entre pares y los pares son la autoridad y los narcos. Son una alianza fantástica que sigue funcionando perfecto porque con esa prohibición y este caudal de dinero que les garantiza la prohibición, pueden alimentar las bocas de la corrupción sin ningún problema”. Señaló.
Finalmente, se posicionó a favor de la “regularización” de las drogas. De esta forma, argumenta, la emoción por consumirlas bajaría y sería el Estado quien se beneficiaría con la venta.
“Soy el hijo del distribuidor del 80% de la cocaína del mundo, pero nunca la he probado porque él me educó lo suficientemente bien y me dijo: “hijo eso es un veneno”. Concluyó.
Este Tercer Congreso de Lo Que De Verdad Importa se podrá sintonizar por streaming el 6 de mayo desde las 8:30 de la mañana a través del sitio web de la fundación: www.loquedeverdadimporta.org.