En un nuevo programa de Palabra Que es noticia, Andrea Moletto y Antonio Quinteros conversaron con Jacobo Bergareche, escritor y coautor de “Amistad: Un ensayo compartido”, sobre este libro y su reflexión frente a la amistad entre hombres.
Sobre la complejidad de las amistades
Bergareche comenzó explicando que: “Nosotros teníamos muchas más certezas cuando comenzamos el libro, y después de haber investigado mi gran certeza es que no hay certezas”.
Reflexionó sobre la variedad de vínculos posibles: “Tú puedes hacer un vínculo con una persona con la que estás viajando en un avión y se genera un vínculo efímero, y otras con la que te pasas la vida entera a quienes no eres capaz de contar tus cosas. Pero hay un vínculo muy fuerte donde compartes algo tan duro como el silencio, el aburrirse o el paso de los días”.
“Es difícil evaluar cuál es el vínculo fuerte”, agregó.
Impacto de la tecnología
La conversación también abordó el impacto de la tecnología en las relaciones humanas: “La tecnología es disruptora en todos los ámbitos de la vida y uno de ellos es la amistad. A los amigos hay que dedicarles tiempo y pasamos tanto en ellas que no le dedicamos a los demás”.
Además, advirtió sobre una ilusión común: “Por otro lado, hay una ficción donde pensamos que estamos dedicándole tiempo a los demás mandándoles un like y viendo lo que han hecho, pero eso no es estar, no es presencia. Creo que la amistad requiere de presencia real y sincronía”.
La importancia de la fricción
Bergareche subrayó el valor de la interacción cara a cara, incluso cuando es incómoda: “Si nosotros quitamos esa fricción es muy difícil desarrollar nuestra capacidad de caer simpáticos, como cuando te encuentras con un extraño, no sabes que hacer, es incómodo, pero con los años uno desarrolla estrategias para aprender a lidiar esa fricción con otros, lo que nos enseña amistad, y en redes no hay fricción, uno no aprende a mirar a los ojos, a sonreír, etc”.
Sin embargo, también reconoció otras formas de vínculo: “Es verdad que se han hecho muchos amigos por otros medios como el Internet o las cartas, donde no se dan por fricción, sino que por los intelectos”.
El fin de la amistad
“Claro que se acaba la amistad, es incluso más duro que el fin del amor, porque el amor todos sabemos que se acaba, pero la amistad siempre nos habían contado que no se acaba nunca, entonces cuando se acaba es muy devastador”, mencionó el autor.
Y explicó que, a diferencia de las rupturas por conflictos, la mayoría de las amistades se terminan por desvanecimiento: “El 99% de los amigos que perdemos es por desvanecimiento, se nos olvida llamarles, ya no los tienes en cuenta y cuando lo encontraste en la calle se hablan y no ponen fechas concretas para volver a verse”.
En la misma línea agregó: “Nos hacemos amigos de gente opuesta a nosotros, cosas como las diferencias económicas o de fama también son factores que afectan las amistades”.
El deseo sexual entre amigos
Finalmente, abordó uno de los temas más complejos: “El deseo y la amistad a veces se solapan y se cruzan y tu tienes un amigo o amiga con quien deseas tener un encuentro sexual. Otra cosa es que luego lo hagas porque sabes que muchas veces eso puede tener consecuencias devastadoras para la amistad”.
Finalmente explicó que la tensión sexual entre ciertos amigos es un lugar común: “¿Quién no ha deseado a un amigo o amiga? Hablando con Jorge Drexler en el libro vimos que al final ese tipo de cosas no son más que una interferencia en la amistad. Por lo que finalmente la amistad en realidad está atravesada por todo tipo de intereses y el deseo sexual no es más que otro más”.