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Val Kilmer, quien interpretó a Batman y Jim Morrison en el cine, muere a los 65 años

El actor de "Top Gun", "Heat" y "Top Secret" estaba retirado desde 2014 tras una lucha contra el cáncer. Falleció debido a una neumonía.

Val Kilmer Web

Val Kilmer, legendairo actor estadounidense, quien interpretó a Batman y Jim Morrison en el cine, murió a los 65 años de edad, en Los Ángeles, debido a una neumonía, según confirmó su hija, Mercedes Kilmer, a The New York Times, consigna El País.

Kilmer fue Jim Morrison para Oliver Stone en 1991 en la recordada «The Doors». Protagonizó una de las encarnaciones del héroe de DC Comics en «Batman Forever» de 1995. Yfue un convincente ladrón, maestro del disfraz, en «El Santo» (1997), una de las muchas películas de acción que rodó en los noventa. También participó en clásicos de culto como Amor a quemarropa (1993), escrita por Quentin Tarantino y dirigida por Tony Scott, y Heat (1995) de Michael Mann. Y en desastres épicos como La isla del doctor Moreau (1996), el filme de John Frankenheimer en la que compartió pantalla con Marlon Brando. Estuvo dos veces en lo más alto de la taquilla. Con la misma historia y con 36 años de diferencia, 1986 y 2022, gracias a Top Gun.

Hizo de su última película una de sus más sólidas actuaciones. En «Top Gun: Maverick» (2022) interpretó nuevamente al piloto Iceman Kazansky, el rival de Tom Cruise, como en la popular primera entrega, de 1986. Kilmer volvía tras haber padecido un cáncer de garganta, una dolencia que lo tuvo apartado de la industria desde 2014. La quimioterapia y una traqueotomía afectaron la voz de un actor que fue estrella de acción en los noventa y Batman en la era previa a Christopher Nolan.

Sin embargo, tuvo que protagonizar un documental para ajustar cuentas con la leyenda de «problemático» que se forjó en los sets desde que apareció en pantalla por primera vez en 1984 con la divertida sátira de espías «Top Secret!», en 1984. Su mala reputación ya venía de antes. Él mismo contaba que abandonó la grabación de su primer trabajo pagado, un anuncio para televisión. Este documental, simplemente titulado «Val», se estrenó en 2021, y ofrece muchas claves que el actor dejó en sus horas de grabaciones propias a lo largo de cuatro décadas. «He tenido una vida mágica, y he capturado en vídeo mucho de ella», decía.

“Me curé rápidamente del cáncer, pero la radiación de la quimioterapia me afectó la voz. Es difícil hablar y que me comprendan», explicaba con suavidad Kilmer en el documental. La obra, de la productora A24, fue, desde su estreno en Cannes, muy celebrada por la crítica por ser un crudo autorretrato desprovisto del maquillaje usual de la maquinaria de Hollywood. La película reflejaba las complejidades de un carácter volcánico, oculto tras una rubia cabellera, ojos azules y labios carnosos. Su rostro conquistó a una larga lista de mujeres en Hollywood, entre las que se contaban Cher, Cindy Crawford y Joanne Whalley, su coprotagonista en Willow (1988) y su primera esposa.

Hijo sensible de un promotor inmobiliario y una ama de casa, Kilmer creció filmando historias y secuencias en una cámara de 16 milímetros. Educado en Chatsworth, en el valle de San Fernando, al norte de Los Ángeles, en una zona donde es fácil sentir la influencia de la industria del cine, de joven Kilmer tuvo como compañero de escuela a Kevin Spacey y vivía en la misma calle que Roy Rogers, el famoso vaquero cantante de la pantalla. Admitió que lo marcó la muerte de su hermano menor Wesley, quien se ahogó en 1977 en una piscina cuando él iba al instituto. Así justificaba mucho de su comportamiento voluble. “No logré volver a la Tierra sino hasta dos o tres años después de la muerte de mi hermano”, aseguró.

Luego de graduarse, entró en la prestigiosa escuela Juilliard de Nueva York para formarse como actor. A sus 17 años, se convirtió en uno de los alumnos más jóvenes del programa de actuación. Pero él mismo reconocía que sus primeros trabajos sobre los escenarios no daban la talla. Se veía a sí mismo como un histrión exagerado y demasiado dramático, según admite en su biografía, «Val Kilmer: I’m your Huckleberry», publicada un año antes de que su documental se estrenara. Con el tiempo, logró mejorar en Juilliard y se graduó con su interpretación de «Ricardo III», de Shakespeare.

El título de su biografía era un guiño a la que fue una de sus obsesiones. Val Kilmer admiraba profundamente a Mark Twain (1835-1910), el gran arquitecto del sentido del humor en la literatura estadounidense. A lo largo de su vida, el actor estuvo vinculado a diversos proyectos relacionados con el padre de Tom Sawyer. En 2010 encarnó a Twain en un monólogo que él mismo escribió y dirigió, Citizen Twain. Después lo convirtió en una película. Durante muchos años consideró esta actuación «su mejor trabajo».

Kilmer representó el monólogo por varias ciudades de Estados Unidos, recibiendo buenas críticas. Sin embargo, esta no fue una constante en su trayectoria en la pantalla grande. Nunca estuvo nominado al Oscar ni a los Globos de Oro. Aspiró, en cambio, tres veces a un Razzie, los premios a lo peor de la industria del cine de EE UU. Los críticos destrozaron muchas de sus actuaciones. No eran los únicos. Muchas veces las valoraciones negativas procedían de sus propios compañeros de trabajo.

«No me gusta Val Kilmer. No me gusta su ética de trabajo y no quiero volver a trabajar con él nunca jamás», aseguró el director Joel Schumacher después del rodaje de «Batman Forever». En la cinta, Kilmer se batió en duelo artístico con Jim Carrey, quien le robó el protagonismo del filme gracias a su carisma como el personaje del villano Riddler.

Una de sus mejores actuaciones fue en «Kiss Kiss Bang Bang» (2005), comedia de humor negro en la que compartió créditos con Robert Downey Jr., quien entonces buscaba rehabilitar su carrera tras años de adicciones. La química que mostraron ambos fue natural e hizo que Kilmer considerara un «hermano» a quien poco después se convirtió en el centro del Universo Cinematográfocp de Marvel. Mientras uno iba en ascenso, otro caía en picada.

Val Kilmer prácticamente desapareció de las pantallas por varias razones. Las deudas con el fisco lo obligaron a deshacerse de su rancho en Nuevo México, un lugar que lo inspiraba como artista y como poeta aficionado. Malas decisiones de sus representantes y publicistas también ayudaron a estancar su carrera. El golpe final lo dio el cáncer de garganta en 2014. Hasta su regreso triunfal hace tres años, de la mano de Tom Cruise en «Top Gun: Maverick».


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